viernes, 21 de octubre de 2022

193- Pepe Aguirre, minibiografía de un famoso desconocido

PREÁMBULO, BIBLIOGRAFÍA, Y CIBERGRAFÍA


Cuando en el siglo XXI se menciona a “Pepe Aguirre” en Argentina, muchos piensan en un cantante rockero de la provincia del Chaco. Si se menciona en México, piensan en un cantante de música tecnorranchera que en estos días hace presentaciones de tarima ante micrófono. En el resto del mundo, es posible que la mención de tal nombre no signifique nada, y para la Sra. You Tube y el Sr. Google lo primero que se les viene a la cabeza es el argentino y después el mexicano. Por último, bastante atrás, aparece un cantante chileno de valses y tangos argentinos que en Colombia, y muy especialmente en el Departamento de Antioquia, todavía suena y resuena en las fonolas, y es de público reconocimiento como un hombre que dejó huella entre nosotros. Supongo que en las oficinas de pago de derechos de regalías de grabaciones tienen claro quién es el uno, quién es el otro, y quién es el tercero, para evitar confusiones. Cuando se sabe que por lo menos uno de los dos hijos conocidos que dejó el tanguero Pepe Aguirre, o tal vez los dos, son personas que necesitan percibir esas regalías para ayudarse en el diario vivir, sería consolador saber también que a estos herederos se les reconocen sus derechos.


No fue fácil recabar estos datos, porque no es mucho lo que se encuentra escrito sobre este cantor de quien el Sr. Polo Talnir, argentino radicado en los Estados Unidos, escribió un correo solicitando información. El Dr. Mario Ceballos Zuluaga alguna tenía, y me la suministró; también don Camilo Valencia del bar “Adiós Muchachos” me dio acceso a su catálogo discográfico; al igual que el Sr. Gonzalo Torres Posada, del programa "Tiempo de Tango" que se transmite por la emisora cultural de la Universidad de Antioquia en la frecuencia de los 1410 AM; y del portal Music Artists en “Freestreamsonline.com”, que trae una amplia discografía. De todos ellos, tomé muchos de los títulos listados en este artículo.


http://freestreamsonline.com/music/?page=1&q=Pepe+Aguirre&genre=


Encontré algunos datos en el artículo “Qué nota, don Pepe Aguirre”, del Dr. Jaime Jaramillo Panesso en su libro “Corazón de Ciudad”.


El profesor Egberto Bermúdez Cujar, de la Maestría de Música de la Universidad Nacional de Bogotá, después de reseñar las menciones sobre el artista en escritos de Hernán Restrepo Duque, de Orlando Mora Patiño, de Luciano Londoño López, de Mauricio Restrepo Gil, y otros; en su ensayo “Un siglo de tango en Colombia, de 1913 a 2013” dice que “… Sin embargo, la carrera musical de Pepe Aguirre en Colombia aún está por establecer…”, dando a entender que las informaciones que encontró son muy someras. 


http://www.academia.edu/11761083/Un_siglo_de_tango_en_Colombia_1913-2013


Cita el profesor Bermúdez la nota escrita por Víctor Bustamante Cañas para Festitango de Medellín blogspot.com titulada “Pepe Aguirre”, con una corta minibiografía del cantante tomada de los apuntes de don Carlos E. (Emilio) Serna Serna, periodista de la página de Farándula del periódico El Colombiano de Medellín, apuntes que fueron incluidos en el libro “Su artista favorito”, publicado por Serna con recopilación de sus columnas de prensa:


http://festitangomedellin.blogspot.com.co/2007/05/pepe-aguirre.html


Muchas personas son del parecer de que Serna nunca salió del país para hacer sus entrevistas, sino que las hizo por correspondencia enviando cuestionarios a los entrevistados y recibiendo las respuestas a vuelta de correo… tiempo después. Esas entrevistas constituyen una valiosa documentación de los tiempos en que no existían el computador personal, el Internet, la comunicación satelital, ni los teléfonos celulares; sino anotaciones manuscritas en ficheros. Sin embargo, el Dr. Jaime Jaramillo Panesso afirma en su libro citado que:


“Carlos Serna lo encontró en un estado más o menos de resaca permanente, nadando en medio vaso de vino. En esas mismas condiciones lo puso dentro de un avión que lo trajo a Colombia, país que no conocía y menos la ciudad donde lo contrataban para cantar. Una mezcla de temor, guayabo, y curiosidad, lo debió haber invadido hasta encontrarse con sus pretendidos admiradores que le hablaban de un éxito que él no alcanzaba a comprender”. 


Este testimonio tiene validez, por cuanto el Dr. Jaramillo Panesso hacía parte del comité organizador del 5º Festival de Tango de Medellín que presidía en ese entonces el Dr. Luis Guillermo Roldán Molina; y de él se desprende que Serna sí viajó a Chile con el encargo de contactar al artista que 30 años antes, sin saberlo, se había hecho ídolo tanguero en nuestra ciudad.


Mucho encontré en el libro “Aquí también se canta el tango” del médico Alberto Burgos Herrera (2007, Editorial Lealón de Medellín 393 páginas. Email: albertoburgosh@hotmail.com); quien entrevistó al cantor chileno y tuvo acceso a las anotaciones del periodista Serna; y otra información la obtuve del periodista y melómano Jairo Agudelo Zapata del programa “Cofrecito de los Recuerdos” de la emisora Q´hiubo Radio de la cadena Caracol (antes Radio Reloj), quien me dijo que: 


“Traté a Pepe Aguirre a finales de los años 70 y durante los 80. Tengo entrevistas grabadas con declaraciones que él me dio. Él era nacido en La Serena en Chile, y fue un hombre de origen humilde que llegó a hacer trabajos físicos de pico y pala. En un principio se identificó con su nombre de pila de José Gastón Aguirre Aguirre, pero para poder vestirse apropiadamente en sus primeras presentaciones públicas en el año de 1934 sacó a crédito unos vestidos donde unos turcos de apellido Burketh que lo acosaban con el cobro, por lo que resolvió adoptar el nombre artístico de Pepe Aguirre para despistar a sus perseguidores que escudriñaban su nombre en los carteles de los programadores. Esto me lo contó Pepe de manera confidencial, solicitándome que sólo lo divulgara cuando él hubiera fallecido. Otra intimidad de la que fui testigo es la de su profunda calvicie, que lo obligaba a usar peluquín al punto de que cuando no lo tenía puesto era irreconocible. También usaba un pañuelo blanco o rojo en la mano, pero me aclaró que no era por agüero sino porque sentía susto cada vez que se presentaba ante el público, y las manos le sudaban y se le ponían resbalosas. Requería, entonces, del pañuelo para poder sostener el micrófono con firmeza”.


PEPE AGUIRRE


En el año de 1974 el cantor chileno Pepe Aguirre (nacido en Chile en 1911, y fallecido en Colombia en 1988) era un hombre sexagenario olvidado en su patria, y casi desconocido en Argentina, que en Santiago de Chile ejercía como conductor de taxi, camión, o bus, cuando viajó a Colombia por sugerencia del periodista Serna; y por gestión del empresario Dr. Luis Guillermo Roldán Molina, que es el actual propietario del Patio del Tango por compra que hizo a los herederos de Aníbal “El Gordo” Moncada. 


Le sorprendió a Pepe Aguirre descubrir que, a esas alturas de la vida, él era para el público tanguero de Medellín ¡Todo un ídolo! Fue tanto el impacto emocional de su visita a la capital antioqueña, que viajó a Chile por sus cosas y regresó, dispuesto a acabar aquí sus días; y aquí los acabó, como atestigua Jairo Agudelo:


“A comienzos de enero de 1989 yo vivía en el barrio Aures de Robledo cuando me despedí de mi vecino de la casa del frente y entramos a nuestras respectivas casas. Al momento él salió a la puerta y me preguntó si mi segundo apellido era Zapata. Le dije que sí, y me dijo que por la emisora Radio Metropolitana de Envigado estaban pasando un programa sobre Pepe Aguirre y pedían que si yo estaba escuchando me comunicara con la emisora. Inmediatamente llamé, y me dijeron que sabían de mi amistad con el cantante y que en vista de que él había fallecido querían hacer un programa especial sobre él, contando con mi colaboración. Fue así como me enteré de que él había muerto ese reciente 31 de diciembre de 1988”.


Aguirre fue, junto con los argentinos Oscar Larroca y Armando Moreno, uno de los cantores que más se oían en ese tiempo en las cantinas del barrio Guayaquil de Medellín y, dice el Dr. Ceballos, “yo agregaría que también en los barrios de La Toma, Gerona, Bello, y los municipios del oriente y el suroeste antioqueños”. No sólo fue apreciado en los bares y cantinas de los sectores más calientes de la ciudad, sino que en los datos de Carlos Serna transmitidos por Víctor Bustamante en su blog se afirma que: 


“En su debut en el elegante Club Unión quiso cantar Tomo y Obligo, pero el público quería que cantara sus canciones clásicas, de algunas de las cuales él no recordaba las letras, que tuvo que reaprender. Aguirre se quedaría realizando giras por pueblos y estaderos de todo el departamento, y por otras ciudades y poblaciones del país”. 


El coleccionista de discos Jairo Pineda Puerta, residente en Envigado, fue la persona contactada para que de los discos de su extensa colección extrajera las letras y permitiera a Pepe escuchar de nuevo esos temas que tenía olvidados por haberlos grabado hacía tanto tiempo. De ahí surgió entre ellos una fraterna amistad “y pude regalarle algunos discos suyos que tenía repetidos en mi colección, lo que me agradeció efusivamente”.


El Dr. Jaime Jaramillo Panesso, que hacía parte de la junta organizadora de aquel festival, la que financió la traída de Aguirre a la ciudad, le contó a Hugo Bustillo que:


“Pepe Aguirre revolcó el estirado ambiente del Club Unión interpretando un tango contestatario de protesta que era como una bofetada para la clase empresarial allí presente, y el auditorio se estremeció cuando él empezó a cantar Jornalero… esos hombres tan honrados que te han hecho enriquecer… / es amargo cuando dice un holgazán, / si les gusta bien, y si no se van”.


El Dr. Mario Ceballos, por su parte, agrega que: 


“Conocí a Pepe en el año de 1979, cuando la celebración de los 25 años de existencia de la discográfica Sonolux, y la disquera montó tablados artísticos en algunos barrios. Estuve con varios directivos de la empresa en uno que se montó en el Barrio Popular de la ladera nororiental, y al finalizar el evento de allí salimos con Pepe Aguirre a rematar la noche en el Rancho de Agustín Irusta. Pepe me contó que se vino a Medellín después de pensionarse como empleado bancario en Chile. Al llegar a Colombia se le había olvidado parte de su repertorio, pero entre Jairo Pineda Puerta y otros amigos de Envigado se lo reconstruyeron. Para cuando llegó, Pepe no recordaba haber grabado muchos de esos temas”.


Dice el Dr. Burgos Herrera en su libro que:


“Su debut fue en el Coliseo Cubierto Iván de Bedout de esta ciudad. Ese día se presentaban otros vocalistas famosos como Oscar Larroca y Agustín Volpe, pero el Coliseo estaba hasta las banderas porque todos fueron a conocer a Pepe Aguirre, todos querían saludar y aplaudir a aquel vocalista chileno que durante tantos años los había hecho llorar, sentir, y gozar, con sus canciones. Todos estaban allí porque debutaba ese señor del bigote delicado que le había cantado a las prostitutas, al obrero, a las mujeres, a los oprimidos del continente; y por eso el pueblo estaba allí para rendirle homenaje… Cuando el maestro de ceremonias anunció a Pepe Aguirre, y este señor salió al escenario, el público se puso de pies para aplaudirlo, saludarlo, y decirle cuánto lo querían. Él, muy sorprendido, recibía ramos de rosas y claveles. Cinco minutos después no había empezado a cantar porque el aplauso seguía y él estaba tan emocionado que no sabía qué decir. ¡Una ovación de estas jamás la había tenido en su país! Posteriormente vino la gira por Colombia: Manizales, Pereira, Armenia, Cali, Bogotá, y otras ciudades; y en todos esos escenarios el aplauso fue delirante. Después de este recorrido, el cantante chileno estaba confundido, pues en su natal Chile ya nadie lo recordaba, y en cambio en este lejano país llamado Colombia todos querían abrazarlo, saludarlo, y todos sabían quién era Pepe Aguirre. En Chile era un “viejito de la tercera edad”, en cambio en Colombia era un artista, una estrella, una figura. Ante esta situación, Pepe no tuvo otra alternativa. Fue a Chile por sus cosas, y se vino a vivir a Colombia”.


En el año de 1974 se celebró el 5º Festival de Tango de Medellín, que se había realizado en los años de 1968, 1970, 1971, y 1973 (en 1969 y 1972 no se realizó el evento). Este 5º Festival fue organizado por el Dr. Luis Guillermo Roldán Molina y, según cuenta la cantante Enith Palacio (Enith Amparo Palacio Ramírez): 


“Dicho festival contó con un elenco integrado por los argentinos Armando Moreno, Oscar Larroca, Raúl Iriarte, y Alberto Echagüe; los chilenos Pepe Aguirre y Agustín Copelli; y los colombianos Héctor Galán y Enith Palacio; acompañados por la orquesta del maestro Armando Lacava”.


http://www.agro20.com/profiles/blogs/2015296:BlogPost:21210


Este festival tenía ya un prestigio internacional, según afirmó el Dr. Luciano Londoño López en declaraciones dadas a Víctor Bustamante:


“Como hecho simplemente histórico, del cual usted puede sacar conclusiones, le menciono algunos de los participantes de los cuatro primeros festivales de tango en Medellín:


1968: Aníbal Troilo, Tito Reyes, Edmundo Rivero, Orquesta de Baffa-Berlingieri, Ángel Cárdenas, Enrique Dumas, Alba Solís, Roberto Arrieta, Armando Moreno, Alberto Podestá, Horacio Deval.


1970: Carlos Dante, Oscar Larroca, Armando Moreno, octeto de Osvaldo Berlingieri, Leopoldo Federico.


1971: Hugo del Carril, Agustín Irusta, Elba Berón, Rubén Juárez, Armando Moreno, Elsa Rivas, Armando Pontier, Pedro Laurenz.


1973: Armando Lacava y su Sexteto Tango, Roberto Ayala, Alberto Marino, Floreal Ruiz, Oscar Ferrari, Jorge Valdez, Nelly Vásquez, Néstor Fabián, Agustín Copelli (Chile), Héctor Cabrera (Venezuela), Miguel Solano (Costa Rica), Raúl del Mar (Perú)”.


http://festitangomedellin.blogspot.com.co/2009/02/conversaciones-con-luciano-londono.html


No podría precisar si la presentación en el festival del Coliseo Iván de Bedout fue antes o después de la del Club Unión en la misma venida, pero sí es cierto que Aguirre ya tenía diez años de estar viviendo en Medellín cuando fue presentado en una heladería del municipio de Rionegro, así los organizadores hubieran manifestado en sus carteles que Aguirre llegaba en ese momento expresamente de Chile. Así lo cuenta el Dr. Jaramillo Panesso:


“Un sábado cualquiera de 1984, cuando pasaba por San Antonio de Pereira en Rionegro, en un cartel a dos tintas se leía: –Hoy, gran presentación del ídolo del tango Pepe Aguirre, venido expresamente de Chile a su Heladería El Paraíso–“.


José Gastón “Pepe” Aguirre Aguirre, hijo de Ramón y Carmen, nació en la población de La Serena en Chile el 9 de septiembre de 1911. Esta es la verdadera fecha de nacimiento, y no otra, porque “yo tuve en mis manos los documentos de identidad de Pepe, con esta fecha”, dice Jairo Agudelo. Tuvo cuatro hermanos. Allí se casó con la señora Carmen Heyden y nació un hijo de nombre José Luis Aguirre Heyden, que en el 2013 aparecía como residente en la Región Metropolitana de Santiago y fue beneficiado con una adjudicación del Fondo Solidario de Vivienda. El historiador musical Jaime Rico Salazar cuenta en su libro “Cien años de la historia de las canciones en Colombia” que: 


“Pepe Aguirre estuvo casado con la actriz Bernardita de la Cruz y tuvo una hija que se llamó Gloria Aguirre, que se dedicó al canto. También se casó con Carmen Hayden y tuvieron un hijo, que se llamó José Luis”.


Gloria fue una reconocida cantante dentro del movimiento de la Nueva Ola chilena en los años 60 del siglo XX, y se radicó en Estados Unidos donde contrajo matrimonio y ya es abuela. Se sabe que vive en Long Island, en Nueva York. Dos entrevistas periodísticas le han hecho seguimiento a esta cantante.


Una, de Reynaldo Pezoa, publicada en el portal “Tiempo de balas” con el título “Gloria Aguirre y la Nueva Ola. En ese tiempo era un poco punk”:


http://www.tiempodebalas.cl/museo-de-cera/gloria-aguirre-nuestra-lady-gaga-de-antano/


Otra para Ricardo Güiraldes del blog “Chilean Charm”, con el título de “La cantante chilena que se convirtió en una famosa bomba rubia”.


http://www.chileancharm.com/GLORIA_AGUIRRE/CANTANTE_CHILENA.html


Pepe dejó a su familia en Chile y se radicó en Medellín donde, dice Andrés López Uribe:


“Me cuenta mi padre que lo conoció en un café del cual no recuerda su nombre, cerca precisamente del periódico "El Colombiano" sobre la calle Juanambú con la carrera Bolívar, donde recién llegado era el cantante residente del lugar. Una noche mi padre lo llevó donde su tía Celina, tanguera de nacimiento y adoradora de la obra artística de Aguirre, y ella y Pepe vivieron una intensa historia de amor que terminaría con la partida de Celina a Estados Unidos, y otro final trágico de desengaño y desilusión para el cantante, historia típica de cualquier tango”.


Dice Hugo Bustillo Naranjo que tal café frecuentado por los periodistas del periódico, adonde iba Aguirre, posiblemente era uno denominado “As de Oros” que quedaba en la esquina de la calle Juanambú con la carrera Carabobo “frente al As de Copas, y tenía entrada tanto por Juanambú como por Carabobo”.


En Medellín estableció relación sentimental con una señora madura que era madre de tres hijas, y con ellas formó su nuevo hogar. Ella vivía en el barrio El Salvador, en el sector llamado Las Avenidas, cerca del llamado Kínder de las Restrepo, y ella y sus hijas ayudaban a Pepe con la administración del Hotel El Deportista, situado en ese entonces a mitad de cuadra en el costado oriental de la carrera El Palo entre calles de Maturín y Bombona. Al fallecer Pepe, otras personas se hicieron a la propiedad y, con el tiempo, trasladaron el hotel a una nueva edificación situada en Maturín (calle 46) casi al cruce con Niquitao (carrera 44), distinguido con el número 43-98. Pepe lo bautizó con ese nombre tal vez por lo que le contó al Dr. Burgos en el sentido de que “antes de dedicarse al canto fue empleado durante mucho tiempo del Banco del Estado y, además, era gran deportista pues siempre practicó fútbol, boxeo, natación, tenis, y equitación”. Con ese nombre esperaba atraer a los deportistas de los pueblos que llegaban a la capital provincial a competir haciendo uso de viáticos muy exiguos. Ese hotel todavía existe, pero sus nuevos propietarios y sus empleados ignoran que en él vivió sus últimos años el cantante Pepe Aguirre quien, aparte de la administración del lugar, atendía presentaciones artísticas en El Rancho de Agustín Irusta, un establecimiento que tenía el cantor argentino en la Calle Colombia por el sector del barrio Calasanz.


En un segundo artículo sobre Pepe Aguirre que Víctor Bustamante Cañas tiene en su blog Festitango de Medellín blogspot.com, consigna el nombre de la esposa o compañera que Aguirre tuvo en Medellín hasta el día de su muerte: Amparo Castañeda.


http://festitangomedellin.blogspot.com/2020/11/pepe-aguirre-en-medellin-2-victor.html


Cuenta el cronista e historiador Hugo Bustillo Naranjo en su artículo “Ninfas y nichos del valle encantado –Guía de burdeles de Medellín”, en el periódico Universo Centro nro. 75 de mayo de 2016, que:


http://www.universocentro.com/NUMERO75/Ninfasynichosdelvalleencantado.aspx


“José Gastón Aguirre fue más conocido, interpretado, y escuchado, como Pepe Aguirre; legendario cantor de valses y tangos, era el poseedor de Residencias Linda. Arribó a Medellín desde su Santiago de Chile en 1974. Quince años después, un 31 de diciembre, fallecería en su suelo. En El Palo, entre Bomboná y Maturín, había empezado la cosecha de alquiler de cuartos con el Hotel El Deportista. La colegiala, Frivolidad, Jornalero, Muñeca de loza, Hojas de calendario, Maldito cabaret y otras inolvidables canciones, quedan para su recuerdo”.


Bustillo aporta un dato que yo desconocía, y es que Aguirre fue además propietario de Residencias Linda, el tipo de negocio que más que ofrecer hospedaje a los viajeros (aunque esto no se excluía de sus servicios) servía como punto de encuentro para parejas de enamorados. Es posible que fuera en este, y no en El Deportista, el lugar donde falleció el cantor que no murió el 31 de diciembre de 1989, sino el 31 de diciembre de 1988 cuando tenía 77 años cumplidos. Así lo dice el abogado tangófilo pereirano Miguel Álvarez de los Ríos en fragmento del artículo titulado “Cantos de Maldador II”, originalmente publicado en el periódico La Tarde.com y reproducido en el portal Las Canciones del Abuelo blogspot.com.co el 18 de octubre de 2012: 


“Pepe Aguirre murió en Medellín en un accidente de tránsito, en la medianoche del 31 de diciembre de 1988. Dicen los que saben que fue el único, el verdadero rey del “valsecito criollo y pasional”.


http://lascancionesdelabuelo.blogspot.com.co/2015/02/pepe-aguirre-vol-2.html


A lo que, dice el periodista Jairo Agudelo, que:


“La fecha que da el Dr. Álvarez es correcta, pero no la causa de la muerte porque él no murió atropellado en un accidente sino en su cama, de causas naturales. Sin embargo, hay una cosa curiosa y es que semanas antes de su muerte lo fui a visitar al hotel de El Palo entre Maturín y Bomboná, y lo encontré con trabajadores que habían abierto una larga zanja para reponer la vieja tubería de alcantarillado que estaba rota. Arrumes de tierra se amontonaban a los lados, y le pregunté qué hacía. Entonces me dijo bromeando que: Esta es la tierra, que ya me está llamando. Tal broma resultó ser un presentimiento, o una premonición”.


Al respecto dice el Dr. Jaramillo Panesso en su libro que, después de la presentación de Aguirre en 1984 en la Heladería El Paraíso de San Antonio de Pereira en Rionegro:


“… Años más tarde, en la primera edición de los diarios locales del año que apenas comenzaba, se daba cuenta de la muerte del mismo personaje, lo cual ocurrió en Medellín el 31 de diciembre de 1988”.


Y, por su parte, Hugo Bustillo dice que:


“Residencias Linda estaba situada en la carrera Cúcuta con la Avenida de la República o Avenida de Greiff, frente a la Heladería El Raudal, y era refugio de muchachitas de la noche. Mi tío tenía un bar cercano a su negocio, y yo lo visitaba en esos tiempos”.

Por su parte el investigador musical Gustavo Escobar Vélez me dijo que Pepe Aguirre fue enterrado en el Cementerio de Jardines Montesacro, coincidencialmente a un lado de la tumba de don Hernán Restrepo Duque y a cuatro metros de la muy visitada de Pablo Escobar Gaviria, y que “Pepe tuvo frente a ese cementerio un bar llamado La Estrella del Sur, que le fue montado por una señora amiga que lo quería ayudar”. Pues, no sé. La señora sí tenía intenciones de ayudarlo, pero un bar administrado por Pepe Aguirre en los últimos tiempos tal vez ya no era de mucha ayuda por lo del viejo refrán de que “no hay que poner un ratón a cuidar queso”.

El caleño Umberto Valverde escribió para el periódico El Tiempo el artículo “Edgar Fajardo Oliveros, el Cachafaz del Tango”; en donde cuenta que su paisano Fajardo se apropió de ese apodo que había tenido el cantor Guillermo Lamus, quien ya no podía reclamar porque había fallecido en el escenario durante una presentación. Fajardo era bailarín, cantante de tangos, poeta, compositor, y había sido golpeado por la reciente muerte de sus padres:


“… Acongojado, en 1974 regresó a Medellín. En el Patio del Tango, el famoso Pepe Aguirre lo vio cantar y le ofreció hacer una gira con él por Antioquia y el Viejo Caldas. Aguirre se dejaba llevar por el licor, y una noche se vio obligado a decirle a Édgar que lo sustituyera. Fue entonces cuando Fajardo le dijo al acordeonista Héctor Ríos: Anúncieme como Édgar Oliver, el Cachafaz del tango. Creyó haber tocado el cielo con las manos porque Pepe Aguirre lo abrazó (en agradecimiento por haberle cubierto la espalda en ese compromiso), y Fajardo supuso que, por fin, el éxito se atravesaba en su vida”.


En el libro “Buenos Aires, portón de Medellín”, yo menciono los días de apoteosis de Pepe Aguirre en el Rancho de Irusta, y luego cuando llegó su decadencia. Rodrigo Arias Duque contó por qué resultó él desde muy niño metido en el cuento del tango.


“Fue por culpa de mis hermanos mayores. Mientras fui niño y estudiante, vivía sin un peso en el bolsillo. A duras penas tenía con qué pagar pasajes para ir a estudiar y lo del refrigerio en la cafetería, aunque no todos los días. Ni pensar en tener con qué costear la entrada a un café… o la salida, porque la entrada es gratis. Pero los amigos que me invitaban me tuvieron paciencia mucho tiempo. Cuando recibí el primer salario como profesor ($7.000, que para mí eran mucho dinero en esa época), reuní a cuatro o cinco de mis amigos patrocinadores y los invité al Rancho de Irusta, calle Colombia arriba, en el occidente. Ese día cantaba Pepe Aguirre. No podía haber mayor felicidad que disfrutar de ese programa en vivo y poder decir en el momento de pagar la cuenta: “Tranquilos, que yo pago”. Esa sensación es superior a la de cualquier toga y cualquier birrete, la sensación de ser, por fin, autosuficiente… Pepe Aguirre también cantó en la Heladería Las Malvinas, por Ayacucho frente al Sol de Oriente. Allí lo vimos subiéndose a una de las mesas de billar, para tener un escenario desde donde dominar al público que lo aplaudía enardecido… El chileno José Gastón “Pepe” Aguirre, cantante de tangos, se radicó en Medellín en la década de los setenta, admirado de que por estos lados se le reconociera y aclamara cuando en su patria y en Argentina se sentía casi olvidado. Aquí murió veinte años después. Bastante enfermo en sus últimos días, vivía cerca del Kínder de las Restrepo, por la Av. de El Salvador; y el médico José Alberto Ramírez de la farmacia del frente, su vecino y admirador, le recetaba gratis y le regalaba la droga. Dicen que murió en su casa de El Salvador o en el Hotel Deportista de Maturín con Niquitao, de su propiedad; no sabría decirlo, pero en todo caso fue otra voz del tango que se apagó entre estas montañas y en los alrededores de nuestro barrio”.


Dice el músico Efrén Ríos Bustamante, hijo de Manuel “El Ovejo” Ríos, que: 


“Cuando por razón de mis presentaciones artísticas yo coincidía con Pepe en algunas oportunidades, él ya estaba muy de capa caída y a mi parecer distanciado o con su relación muy deteriorada con esa señora que usted me menciona del barrio El Salvador. Lo mío con él fue tal vez en los últimos dos o tres años de la vida de él, y vivía en una pieza muy humilde por la calle Colombia, en cercanías del Estadio. Dormía en un catre y mantenía debajo del colchón una garrafa de aguardiente para reenvasar en un frasco pequeño de cargar en el bolsillo trasero del pantalón, lo que le permitía mantenerse “a medio palo”. Una señora adinerada y admiradora suya lo patrocinaba y le ayudaba… o, mejor dicho, no solo a él sino a otros músicos porque ella sentía debilidad por los músicos así como a otras les gustan los militares, o los maestros, o los conductores de servicio público, o los empleados de banco. A ella le gustaban los músicos y le gustaba ayudarles, y Pepe fue uno de los consentidos en esos últimos días, tolerándole a él la incomodidad cuando le daban mal los tragos”. 


Bustillo, por su parte, dice que:


“No niego que él tuviera amigas y admiradoras que le patrocinaran sus tragos y parrandas, pero cuando él murió seguía siendo dueño de Residencias Linda y del Hotel El Deportista, por lo que no estaba tan pobre como quieren hacer creer. Claro que no descarto que con una vida bohemia tan intensa seguramente no había presupuesto que aguantara, y tampoco descarto que sus presentaciones de los últimos días no tuvieran la lucidez de los comienzos precisamente por eso de que los tragos le tomaban ventaja y así tampoco hay voz que aguante”.


Es posible, según los indicios, que este período hubiera sido en algún rompimiento o distanciamiento con la señora del barrio El Salvador que fue su pareja reconocida cuando Pepe estaba al frente del Hotel El Deportista.


Dice en su libro el Dr. Burgos que Pepe Aguirre “Desde muy niño se inclinó por la música, y su debut como cantante lo hizo en la emisora Radio Universo, donde interpretó una melodía titulada El Peregrino”; aunque el profesor Bermúdez en su ensayo cita las páginas 116-117 y 470-471 del libro de los autores Juan Pablo González R. y Claudio Rolle C. titulado “Historia Social de la música popular en Chile de 1890 a 1950”, editado en Santiago en el 2003 por Ediciones Universidad Católica de Chile y Casa de las Américas de Cuba, dando el siguiente concepto: 


“La presencia del chileno Pepe Aguirre desde 1974 en Colombia fue determinante en el proceso de difusión de dicha música de los años 1930 y 1940 en los entornos mencionados de Medellín y la zona cafetera de Colombia. Aguirre había iniciado su carrera en Santiago como ganador de un concurso de tango cuando tenía 24 años, justamente en el año de la muerte de Gardel, y realizó grabaciones tempranas para los sellos RCA Víctor y Odeón, casas que lo promovieron en Chile y después en Colombia. Uno de sus grandes éxitos fue la versión alternativa de Mano a Mano (1927, Celedonio Flores/Gardel y Razzano) que Pepe llamó Mano a Mano Contestado y en la que, con un texto prácticamente muy inferior al de Flores, transfiere la culpa de la perdición de la mujer a la miseria y al hombre que la indujo y la mantuvo en la prostitución”. 


La modalidad de hacer parodia o contrafactum con las letras, era denominada contestación por las casas grabadoras. El vals “El peregrino” (Yo vago por el mundo cual triste peregrino…), compuesto en el año de 1938, tiene letra de Eugenio Cárdenas y música de Rafael Rossi. Está registrado en la On Line Computer Library Center (OCLC) con el número 55311271. La primera grabación de “El peregrino” fue con acompañamiento de guitarras, y hay además una grabación del año de 1950 en la voz de Pepe Aguirre, acompañado por la orquesta de Porfirio Díaz, para la RCA Víctor de Chile. Por su parte el tango “Contestación a Mano a Mano” (Recordando tu pasado, / hoy te miro y veo que fuiste / un juguete en la miseria / de un mal hombre explotador…), con letra atribuida a D.R.A. (Derechos Reservados de Autor), aparece en el LP de larga duración 1457-A con el corte nro. 4, prensado por Odeón-EMI. Canta Pepe Aguirre, con acompañamiento de la orquesta de Ángel Capriolo (Ángel Alberto Caprioglio).


https://www.youtube.com/watch?v=WMWMgroiqBY


El Sr. Polo Talnir afirma que: 


“Su trayectoria tanguera comenzó en Chile, invitado a cantar con la orquesta del bandoneonista argentino Gabriel 'Chula' Clausi, quien con sus músicos frecuentaba la ciudad de Santiago. Allí dejó grabados cuatro tangos para el efímero sello Chopin, del que era dueño el mismo Chula. Estos fueron Rosas de Otoño y Adiós Muchachos, en 1945; Los cien barrios de Santiago y Noche de pascua, ambos de la autoría de Clausi, en 1946”.


Dice el ensayo del profesor Bermúdez que los discos grabados en Chile por Odeón de Buenos Aires fueron reproducidos por Codiscos de Medellín, y actualmente hacen parte del catálogo de EMI internacional.


Según el médico Alberto Burgos:


“Pepe nunca perteneció a ninguna orquesta, pero en presentaciones y grabaciones fue acompañado por las de Gabriel “Chula” Clausi, Hermanos Carbone (Atilio, Víctor, Ernesto), Porfirio Díaz, Ángel Capriolo, y Jorge Quintana. Aunque grabó unas doscientas melodías, entre ellas tangos, valses, pasodobles, y marchas; jamás viajó a Buenos Aires, Argentina, a presentarse como cantante. Es más; Pepe, en persona, únicamente cantó en Chile y en Colombia”.


El médico Burgos posiblemente obtuvo ese dato de que “grabó unas doscientas melodías” de boca del mismo Pepe, y parecería que no hay un listado que las recopile. Con los fragmentarios datos de que dispongo, logré reunir casi esa cantidad de títulos de sus grabaciones; pero he encontrado en el portal Todo Tango.com alusión al forista de Marinilla (Antioquia) de nombre José Duvel Gómez Giraldo, de quien no tengo más información, que tiene una hoja de Excel con una discografía muy completa del cantor. Si logro conseguirla, la integraré a este artículo para ponerla a disposición de los interesados.


Aparte de esas orquestas, también grabó acompañado de guitarras. Dice Burgos que “El propio Pepe Aguirre comentaba que la melodía que más le gustaba interpretar era el tango “Redentoras”, que ha sido tan famoso en nuestro medio” (Son muy buenas madres / a pesar de ser así: / malas para el mundo, / buenas para mí), tango que Aguirre grabó con la orquesta de Atilio Carbone:


https://www.youtube.com/watch?v=g5URTnroa1M


Pepe Aguirre, al decir del abogado Miguel Álvarez de los Ríos, estuvo en Argentina; pero su presencia no fue notoria ni ameritó el interés de ningún empresario por presentarlo en público, y no se sabe de grabaciones que él hubiera hecho en Buenos Aires:


“Aguirre llegó a Buenos Aires en 1933. Allí conoció a Gardel y a José Razzano, y pudo haber descubierto que su destino, como el del Zorzal, sería también la noche, la noche arrabalera alumbrada apenas por el farolillo vagabundo de la esquina. Volvió a Buenos Aires cinco años después, en 1938, pero, al parecer, sus más sonados discos los grabó en y para la Odeón chilena. Tangos, valses, milongas, cuecas, zambas. Su voz le daba para todo. Clara, suave, tierna, bella. Valses y tangos, especialmente, lo hicieron famoso en la América meridional”. 


Puede deducirse que el reconocimiento de este cantor en Argentina fue mínimo, y que su fama allí fue reducida. Llegan noticias de que en Chile tampoco es muy conocido, y podemos concluir que es en Colombia donde su fama se afincó y aquí, años después de fallecido, se le recuerda a través de sus discos; que siguen sonando en las fonolas de los templos tangueros.


Como dice el Dr. Burgos: 


“La voz de Pepe Aguirre para nuestro pueblo tanguero siempre será recordada entre las grandes de todos los tiempos. Este vocalista chileno está, junto con Armando Moreno y Oscar Larroca, en la terna de los ídolos de la canción ciudadana en nuestro territorio y, como algo curioso, a muchos les gusta más oírlo cantando valses que cantando tangos”.


Reconstruir mínimamente esta biografía, así no sea de una manera exhaustiva, ha sido como coser una colcha de retazos, un centón, juntando pequeños testimonios muchas veces en contradicción. Pero algo es algo, y este es el resultado. 


No sobra decir que doy gracias a todos los que me aportaron alguna información sobre el cantante, bien sea de viva voz o a través de sus escritos. Sin ese aporte, esta aproximación a Pepe Aguirre no hubiera sido posible.


APÉNDICE:


Ya había publicado estas anotaciones cuando tuve la oportunidad de leer el muy completo y destacable estudio de los chilenos Juan Pablo González R. y Claudio Rolle C., publicado conjuntamente por la Universidad Católica de Chile y la Casa de las Américas de Cuba, en su primera edición del año 2003. En varias partes de su estudio se hace mención de Pepe Aguirre aunque contiene un error, que no demerita la calidad de tan monumental trabajo de investigación, al dar como fecha de fallecimiento del cantante el año de 1989 (en realidad murió el 31 de diciembre de 1988). Cita a Pepe Aguirre entre los cantantes chilenos de tango a finales de la década de los años veinte, lo que indica que Aguirre se inició en el canto cuando aún no había cumplido los veinte años, y de esa lista hacían parte Chito Faró y la orquesta típica de Porfirio Díaz. Dice allí que el Periódico El Mercurio en edición del 8 de julio de 1935, el año en que murió Gardel, reseña que: 


[Se organizaron dos concursos de tango en Santiago. El Primero, La fiesta del tango en Chile, llamó a concurso a intérpretes de ambos sexos y se presentaron más de veinte cantantes que recorrieron distintos barrios de la capital con el fin de consultar la opinión del amplio espectro del público barrial. Resultaron ganadores Pepe Aguirre y Lucy del Río que fueron proclamados el rey y la reina del tango en Chile… Pepe Aguirre empezó a ser presentado como un tanguista chileno con alma argentina y, más que destacar sus cualidades propias, se destacaba su capacidad de imitar a los tres cantores de tango más apreciados en el Chile de los años treinta: Carlos Gardel, Agustín Magaldi, y Charlo… La voz más bien clara de Aguirre se transformaba al cantar un tango, aumentando su oscuridad y reciedumbre con un adecuado fraseo tanguero, de logrados cortes y acentos, y de precisa articulación rítmica… En 1944 "Antofagasta" fue la composición chilena que generó mayores ingresos por conceptos de derechos de ejecución pública en el país, manifestando su persistente popularidad. La versión que circulaba por entonces era la grabada por el tanguista chileno Pepe Aguirre, que mezcla modos de pronunciación local con el uso de una voz tanguera, de carácter nasal y con vibrato de garganta en las notas graves. Su virtuosismo vocal se despliega plenamente en la tercera sección del vals, que posee un pasaje de carácter instrumental de rápidas corcheas descendentes que son cuidadosamente articuladas por Aguirre… Por su parte el tanguista nacional Pepe Aguirre grabará tangos acompañado de destacados guitarristas de tonada como Humberto Campos, el Negro Castillo, y el Rubio Concha, entre otros… Pepe Aguirre, que registró algunos tangos de su autoría como “Desengaños” y ”Mi dolor”…].


Encuentro en esta afirmación una inconsistencia. En el volumen 3 de la serie de long plays de larga duración de Pepe Aguirre, prensado por el Sello Odeón para Colombia, aparece en el lado B el tango “Mi dolor” (Vuelvo de tierras muy lejanas donde ayer fuera a buscar olvido a mi dolor…) con DRA (Derechos Reservados de Autor), lo que desvirtúa a Pepe Aguirre como tal. De hecho, ese es un tango que tiene letra de Manuel A. Meaños y música de Carlos Marcucci.


Quince menciones a Pepe Aguirre hay en este libro de temática tan extensa. No son pocas para un hombre que a la final fue encontrado manejando un carro de servicio público en su patria, alejado de los reflectores faranduleros.


ORLANDO RAMÍREZ-CASAS (ORCASAS)

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José Gastón “Pepe” Aguirre Aguirre


DISCOGRAFÍA DE PEPE AGUIRRE


(1. Todos los temas aquí incluidos son cantados en la voz de Pepe Aguirre. No se dan nombres de autor de la letra, de compositor de la música, de la casa grabadora, ni del ritmo. Los nombres entre paréntesis corresponden a los acompañantes).

 

(2. En el enlace que viene a continuación se pueden escuchar varias grabaciones de la discografía del cantor). 


https://www.youtube.com/watch?v=zNG0ifzuVOI&index=6&list=PLLORDHe-UfYBs72oiI2n19TzQxKpY5NHm


1. A mi Juana (Orquesta)

2. A través del olvido (Orq. Luis Velozo)

3. Adiós muchachos (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

4. Adoración (Orq. Ángel Capriolo)

5. Al amanecer (Orquesta)

6. Al compás del corazón (Orq. Luis Velozo)

7. Al correr de los años (Orq. Ángel Capriolo)

8. Alma cancionera (Guitarras)

9. Alma de gitano (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

10. Alma mía (Guitarras)

11. Amanecer (el) (Guitarras)

12. Amante corazón (Guitarras)

13. Amor con condición (Orq. Porfirio Díaz)

14. Amor de artista (Orquesta)

15. Ansiedad (Orq. Ángel Capriolo)

16. Antofagasta (Orquesta)

17. Arolas (Orquesta)

18. Arturo Godoy (Orquesta)

19. Bailando me diste un beso (Orq. Porfirio Díaz)

20. Baraja (la) (Guitarras)

21. Barrio amigo (Orquesta)

22. Bebiendo y llorando (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

23. Bebiendo y llorando (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

24. Calle ahumada (Orquesta)

25. Calle San Diego

26. Callecita de mi barrio (Guitarras)

27. Campeón (el) (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

28. Canción del pierrot (la) (Trío Añoranzas)

29. Cantar eterno (Dúo con Carmencita Ruiz y orquesta)

30. Carrillón de La Merced

31. Cien barrios de Santiago (los) (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

32. Cita (la) (Orquesta)

33. Civilización (Orq. Porfirio Díaz)

34. Clamor (No te olvidaré) (Guitarras)

35. Cofrecito (Orquesta)

36. Colegiala (la) (Orq. Porfirio Díaz)

37. Colo Colo

38. Colombiana de mis amores (autoría de Pepe Aguirre)

39. Colombina

40. Como Colo Colo no hay (Orq. Porfirio Díaz)

41. Con los amigos (Guitarras)

42. Con todo el corazón (Orquesta)

43. Condición (Orquesta)

44. Corazón destrozado (Guitarras)

45. Cortando caminos (Orquesta)

46. Cruel incertidumbre (Orq. Ángel Capriolo)

47. Cruel incertidumbre (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

48. Cuando llora el bandoneón (Orquesta)

49. Cuartito azul (Guitarras)

50. Decile a todos que no (Orquesta)

51. Déjame morir (Orq. Hnos. Atilio-Víctor-Ernesto Carbone)

52. Déjame ser así

53. Desengaños (Orq. Hnos. Atilio-Víctor-Ernesto Carbone)

54. Desengaños (Orq. Porfirio Díaz)

55. Despedida (la) (Guitarras)

56. Despedida (la) (Orq. Porfirio Díaz)

57. Después de una ilusión un desengaño (Guitarras)

58. Después de una ilusión un desengaño (Orq. Porfirio Díaz)

59. Dime corazón (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

60. Distintos caminos (Orq. Porfirio Díaz)

61. Dolor de ausencia (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

62. Dulce palabra (Orquesta)

63. Durazno a cuarenta el ciento (Orquesta)

64. El que tiene paire y maire (Guitarras)

65. En mi camino (Guitarras)

66. En tu camino (Guitarras)

67. Encadenado vivo (Guitarras)

68. Entre vuelta y vuelta (Orquesta)

69. Esclavas blancas (Orquesta)

70. Esperando tu amor (Orquesta)

71. Estrellita del sur (Orquesta)

72. Falsa moneda

73. Falsa promesa (Orquesta)

74. Falsa promesa (Trío Añoranzas y guitarras)

75. Falso amor (Orq. Ángel Capriolo)

76. Flor de otoño (Dúo con guitarras)

77. Frivolidad (Guitarras)

78. Frivolidad (Orq. Ángel Capriolo)

79. Frivolidad (Orq. Porfirio Díaz)

80. Garúa (Guitarras)

81. Garufa

82. Gitanitos (los)

83. Gricel (Orquesta)

84. Grito

85. Himno a Colo Colo

86. Hojas de calendario (Orq. Ángel Capriolo)

87. Ilusión de bohemio (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

88. Impaciencia (Guitarras)

89. Incomprensión

90. Jornalero (Orq. Hnos. Atilio-Víctor-Ernesto Carbone)

91. Junto a las sombras (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

93. Junto a tu balcón (Orquesta)

94. Ley del Talión (la) (Conjunto y guitarras)

95. Ley del Talión (la) (Orq. Porfirio Díaz)

96. Liseana de mis sueños (Orquesta)

97. Llanto de amor (Guitarras)

98. Llevo en mí la nostalgia (Orquesta)

99. Madre (Orq. Porfirio Díaz)

100. Madre hay una sola (Orquesta)

101. Maldito amor

102. Maldito cabaret (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

103. Mano a mano –contestación– (Orq. Ángel Capriolo)

104. Mano a mano –contestación– (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

105. Mañana zarpa un barco (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

106. Margot (Guitarras)

107. Más te quiero yo (Guitarras)

108. Me dice el corazón (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

109. Me dice el corazón (Orq. Porfirio Díaz)

110. Me enamoré de tus ojos (Orquesta)

111. Melodías de ayer (Dúo con Hnas. Miranda, Orq. Porfirio Díaz)

112. Mi dolor (Orq. Ángel Capriolo)

113. Mi morochita (Orq. Hermanos Carbone)

114. Mi rinconcito (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

115. Milagro (Trío Añoranzas y orquesta)

116. Misa de once (Guitarras)

117. Mujeres feas (acomp. Los Muchachos de Antes)

118. Muñeca de loza (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

119. Nada pierdes (Trío Añoranzas)

120. Naufragio (Orquesta)

121. No llores mujer (Orq. Ángel Capriolo)

122. No llores mujer (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

123. No mueras ilusión (Orq. Hnos. Atilio-Víctor-Ernesto Carbone)

124. No mueras ilusión (Orq. Porfirio Díaz)

125. Noche (Orquesta)

126. Noche de pascua (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

127. Nunca más (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

128. Obsesión

129. Otro trago (Dúo con Chito Faró y guitarras)

130. Pa que bailen los muchachos (Orq. Ángel Capriolo)

131. Paciencia (Guitarras)

132. Pan de huevo (Guitarras)

133. Payaso (Orquesta)

134. Paz clama el mundo (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

135. Pena de muerte (Guitarras)

136. Pensando en ti (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

137. Pensando en ti (Orq. Hnos. Atilio-Víctor-Ernesto Carbone)

138. Peregrino (el) (Guitarras)

139. Peregrino (el) (Orq. Porfirio Díaz)

140. Pobreza (la) (Orquesta)

141. Por entre el ramaje (Guitarras)

142. Por qué te fuiste (Orquesta)

143. Por tus ojos (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

144. Promesas de amor (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

145. Puerto de Chañaral

146. Qué anda diciendo esa paloma (Orq. Ángel Capriolo)

147. Quejas del alma (Dúo con Felipe Páez, conjunto y guitarra)

148. Quinta normal

149. Realidad del pibe (la) (Orquesta)

150. Reconciliémonos (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

151. Recuerdas esa noche (Orquesta)

152. Recuerdos de La Serena (Guitarras)

153. Redentoras (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

154. Re-Fa-Si

155. Rejas de Andalucía (Orq. Porfirio Díaz)

156. Reminiscencias (Orq. Porfirio Díaz)

157. Rinconcito (Orquesta)

158. Rodeo (el) (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

159. Rosas de otoño (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

160. Rosita (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

161. San Carlos (Orq. Porfirio Díaz)

162. Sangre maleva

163. Se apagó tu voz (Orq. Porfirio Díaz)

164. Siga el corso (Orquesta)

165. Silencio muchachos (Guitarras)

166. Solo un recuerdo (Orq. Hnos. Atilio-Víctor-Ernesto Carbone)

167. Sólo un recuerdo (Orq. Porfirio Díaz)

168. Sombras de mi barrio (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

169. Sonia (Orq. Hnos. Atilio-Víctor-Ernesto Carbone)

170. Soy huaso que no destiño (Guitarras)

171. Soy un charro con honor (Orquesta)

172. Tu amor es el primero (Dúo con Carmencita de la Cruz y orq.)

173. Tu diagnóstico (Orq. Odeón)

174. Tu imagen (Orq. Gabriel “Chula” Clausi) 

175. Tu pálida voz (Orquesta y guitarras)

176. Tus ojos me persiguen (Orquesta)

177. Último adiós (el) (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

178. Último adiós (el) (Orq. Hnos. Atilio-Víctor-Ernesto Carbone)

179. Un grito (Orquesta)

180. Uno

181. Vals de la noche (el) (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

182. Vecinita (Guitarras)

183. Vecinita (Trío Añoranzas)

184. Ventanita enrejada (Orquesta)

185. Veteranos del 79 (Orq. Porfirio Díaz)

186. Viejo cofrecito (Orquesta)

187. Viejo San Diego (Orq. Porfirio Díaz)

188. Virgen de San Cristóbal (Orq. Ángel Capriolo)

189. Voz del corazón (la) (Guitarras)

190. Voz del corazón (la) (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)

191. Y siempre igual

192. Yo quiero un charro

193. Zorro gris (Orq. Gabriel “Chula” Clausi)


Nota: 


En esta discografía aparece “Después de una ilusión un desengaño” dos veces, por tratarse de dos grabaciones distintas del mismo tema; y “Desengaños” aparte, por tratarse de otro tema, a pesar de la similitud del título. “Calle San Diego” y “Viejo San Diego” son dos temas distintos, al parecer. Igual ocurre con “Madre” y con “Madre hay una sola”; y con “Colo Colo”, “Como Colo Colo no hay”, e “Himno a Colo Colo”, que al parecer son también distintos. Aparecen “En tu camino” y “En mi camino” como si fueran dos temas distintos, y los dejé así. En cambio “Zorro gris” y “Zorros grises”, que posiblemente se refiere a un abrigo de piel de ese color, podría tratarse del mismo y eliminé uno. “Tu imagen” aparece dos veces porque podría tratarse de dos grabaciones diferentes.

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Nota: en este enlace pueden oírse algunos temas incluidos por González y Rolle en su libro de Historia de la Música Chilena:


https://www.youtube.com/watch?v=Esknptt8Ulc




sábado, 6 de agosto de 2022

282 Dante y Falgás, dos brisas tangueras que vienen de una melancolía

1-        TRES DE FEBRERO DE 1813

 

El Tres de Febrero es fecha importante para la historia de la Independencia de Argentina, porque en el año de 1813 el general José de San Martín derrotó a las fuerzas realistas en el lugar llamado San Lorenzo de la actual Provincia de Santa Fe, lo que da nombre a lo que se conoce como “Combate de San Lorenzo”. Hay un equipo de fútbol llamado San Lorenzo en el barrio de Almagro en Buenos Aires, que recuerda al santo mártir hispano que murió en la hoguera el 10 de agosto del año 258; y hay un parque en la ciudad de Buenos Aires que lleva el nombre de Tres de Febrero, pero no en recuerdo del triunfo patriota de San Martín en esa batalla, sino por otra razón que tiene que ver con una derrota.

 

2-        TRES DE FEBRERO DE 1852

 

Giovanni Domenico de Vargas, nacido en 1560 en Palermo (Italia), emigró a la Argentina y allí castellanizó su nombre adoptando el de Juan Domingo Palermo, cuyo apellido da nombre a una localidad de la capital argentina en donde adquirió extensos terrenos denominados Bosques de Palermo, que luego fueron adquiridos por el general Juan Manuel de Rosas (1793-1877) para levantar una propiedad imponente con lago y arboledas y jardines rodeando la casona principal. El Tres de Febrero de 1852 el general Rosas fue derrotado por las fuerzas opositoras, y esa propiedad fue expropiada y convertida en el parque Tres de Febrero, para que no se olvidara la fecha en que los opositores derrotaron a Rosas. Ya en época del general Rosas fueron sembrados amplios rosales con unos 15.000 arbustos de unas 1.200 variedades, y sus senderos eran lugar preferido por los visitantes, con bancas para sentarse a leer o meditar, y los amantes reunirse a conversar. El sendero, sembrado de rosas, fue nombrado o apodado El Rosedal, o también La Rosaleda.

 

3-        MELANCOLÍA”, DE JOSÉ MÁRMOL, 1851

 

Al reconocido poeta argentino –uruguayo argentino, a decir verdad, por su ascendencia materna– José Mármol (José Pedro Crisólogo Mármol Zavaleta, nacido en Buenos Aires en diciembre 2 de 1817 y fallecido allí en agosto 12 de 1871), no hay que confundirlo con el poeta dominicano José Antonio Mármol Peña, nacido en 1960 en República Dominicana. Mármol Zavaleta fue político opositor del general Juan Manuel de Rosas, cuyo nombre es importante para la historia del tango al que nos vamos a referir.

 

Mármol escribió para su libro de poemas “Armonías” el poema titulado “Melancolía”, que después de sortear muchas dificultades logré hallar transcrito en el blog de la argentina Ana Turón.

 

La señora Turón es una estudiosa gardeliana argentina que tiene una nutrida biblioteca sobre el Zorzal Criollo, y documentos, y fotografías, y grabaciones, que han convertido su casa en un museo. Tiene un blog titulado “Museo Virtual del Libro `Gardel y su tiempo´”. En ese blog está el artículo “José Mármol en el repertorio de Gardel”, y en ese artículo está el poema que Mármol inicialmente tituló como “Melancolía” y a mediados del siglo XIX (año 1851 en Montevideo y 1854 en Buenos Aires) publicó en su libro “Armonías”. Ese poema, con el título de “Brisas”, aparece en el libro o cancionero “La guitarra popular” en la sección “Literatura Argentina –Páginas Selectas–” con el nombre de José Mármol como autor.

 

https://ana-turon.blogspot.com/2022/03/jose-marmol-en-el-repertorio-de-gardel.html

 

Extraigo del blog de la Sra. Turón el texto del poema de José Mármol que es largo, pero considero pertinente incluir en esta recopilación de datos porque permite comparar con las letras del tango que se dio a conocer posteriormente con música de los hermanos Canaro y letra de Juan Andrés Caruso:

 

[A continuación, la poesía tal como fue publicada en 1851. Es importante señalar que en aquel entonces las reglas de la Real Academia Española no regían para América y muy lejos estaba la creación de la Academia Argentina de Letras, por cuanto lo que hoy consideramos “faltas de ortografía” no lo eran en aquella época:

 

Llevad en vuestras álas

¡O brisas de la tarde!

los huérfanos suspiros

de mi secreto amor;

amor sin esperanza,

pero de que hace alarde

mi corazón que sufre

su celestial ardor.

 

Llevadlos, y piadosas

cuando toqueis la frente

de un ánjel que ha bajado

con formas de mujer,

sobre sus blancas sienes

dejadlos dulcemente

cual la única corona

que puédole ofrecer.

 

Suspiros son que nacen

del seno diamantino

donde se guarda en mi alma

la sensibilidad:

único bien que nunca

me arrebató el destino,

fuente serena y pura

de mi infelicidad.

 

Mi amor no es un delirio

de ardiente fantasía;

mi amor está en el alma

con lágrimas y fé:

placer que se confunde

con la melancolía,

corona de jazmines

con hojas de ciprés.

 

La veo en las estrellas,

la veo en la alborada,

en las nocturnas sombras,

en el radiante Sol;

dó quiera van los ojos

de mi alma enamorada,

del Sol de mis amores

encuentro un arrebol.

 

Las flores me deleitan:

su aroma y sus colores

son hoy para mi vida

supremo talismán.

¡Ay, triste del que ignora

la majia que las flores

contienen para el alma

que acongojada está!

 

Mas, ¡ay! que las estrellas,

las flores y la aurora,

mezclado á mis amores,

contemplan mi dolor,

pero si la imájen suya

mi corazon adora,

mi corazon la baña

con lágrimas de amor!

 

Amor sin esperanza

que en mi alma se alimenta

del fuego solamente

que en mis entrañas hay:

ningun benigno soplo

mi corazon alienta;

no hay pecho que recoja

de mi infortunio el ¡ay!

 

La adoro y no lo sabe;

la adoro, y su pupila

sobre mi triste noche

no vierte claridad.

La adoro, y mientras goza

felicidad tranquila,

de mi alma se apodera

la vivida ansiedad.

 

Llevad en vuestras álas

¡O brisa pasajera!

mis huérfanos suspiros

a mi adorado bien:

no le digáis que la amo,

pero dejad, siquiera,

mis huérfanos suspiros

sobre su blanca sien.

 

Que ignore mis amores;

yo la amo demasiado

para ofrecerla el pobre

tributo de mi amor;

si hubiera con mis manos

el Universo creado,

la diera de rodillas

mi célico esplendor.

 

Pero ¡ay! ¿qué puede darla

su trovador errante,

si no tiene en el mundo

más bien que su laud?

¿Qué flor encontraría

para su seno amante,

que digna le pagase

su amor y su virtud?

 

Alma del alma mía,

mi corazón te adora;

adora hasta la brisa

que se perfuma en tí;

pero jamás mi lengua

te contará traidora

lo que el destino quiere

que se reserve en mí.

 

Tan jóven y dichosa,

tan adorada y bella,

tan llena de esperanzas,

de porvenir y amor.

¿Qué hay de comun entonces,

entre mi ingrata estrella

y el astro que abrillanta

tu vida de esplendor?

 

Mas ¡ay! la vida toda

del pobre peregrino,

consagración eterna

de tu beldad será;

y, al terminar un dia

mi terrenal camino,

sobre el eterno Cielo

mi amor te esperará!

 

Llevad en vuestras álas

¡O brisa pasajera!

mis huérfanos suspiros

a mi adorado bien.

No le digais que la amo;

pero dejad siquiera

mis huérfanos suspiros

sobre su blanca sien]

 

4-        LA BRISA DE ARTURO MATHON 1905-1908

 

La brisa” de Arturo Mathon no fue una brisa sino un “A ella” porque le puso música al poema de Mármol y le cambió el título. Entre 1905 y 1908 el cantante argentino Arturo Mathon (21 mayo 1887 - 5 marzo 1933) grabó en Estados Unidos para la casa grabadora Columbia Monograph Co. Inc. varios discos entre los que estaban los títulos El cachafaz, El guapo, Las golondrinas, Ay de mí, Dios los cría, Muerte de Santos Vega, A la memoria de Jorge Newbery, Borrascas del corazón; y, entre ellos, estaba este tema “A ella” al que nos referimos. No encontré su grabación, ni otra de Gardel y Razzano, pero sí otra de Gardel como solista con guitarras que llevó el título de “Brisas de la tarde”. La letra y la música al parecer son las mismas de Arturo Mathon sobre el poema “Melancolía” de José Mármol.

 

Hago notar que el poema de Mármol no habla de rosas, ni de rosedales, ni de rosaledas, sino de brisas de la tarde y de brisas pasajeras.

 

No conozco la grabación con la letra y la música de la canción “A ella” cantada por Mathon (se pronuncia Máton), pero como dije es posible que sea la misma que grabó Carlos Gardel con el título “Brisas de la tarde”.

 

5-        LA BRISA DE CARLOS GARDEL EN 1912

 

En 1912 el Sr. Giuseppe Tagini obtuvo de la casa grabadora Columbia, de Washington, licencia de distribución para el mercado argentino, y realizó grabaciones en Buenos Aires que luego fueron prensadas en los Estados Unidos.

 

Algunos escriben erradamente el apellido de don Giuseppe como Taggini, lo que es comprensible porque en italiano la palabra “taggini” significa “marcaciones o etiquetas”, y eso puede aplicarse a un prensador de discos. En este texto acudiré exclusivamente a la grafía Tagini tanto para el apellido del propietario como para el nombre comercial de la Casa Tagini, de su propiedad; y prescindiré de tildes en las marcas Victor y Odeon.

 

El 13 de agosto de 1912 grabó Gardel para el sello Columbia de Buenos Aires el tema “Brisas de la tarde”, que era una adaptación del tema “A ella”, grabado por Mathon con letra de Mármol. El disco de Gardel tenía el nro. 56759-1 (T-638), pero en la letra y en la música apenas se reconoce levemente una similitud con el tema “La brisa” grabado muchos años más tarde por el mismo Gardel, por Charlo, por Ignacio Corsini, por Rosita Quiroga, por Carlos Dante, o por Andrés Falgás. La transcripción de la letra cantada por Gardel en esta grabación está distorsionada por la deficiente audición, producto de las primigenias técnicas de grabación, pero se reconoce en ella el poema de Mármol.

 

https://www.youtube.com/watch?v=VOC8AUzL8QY

 

[Llevad en vuestras alas, ¡oh brisas pasajeras!,

los huérfanos suspiros de mi secreto amor;

amor sin esperanzas, pero del que hace alarde

mi corazón que sufre su red de escalador.

 

Llevadlos, sí, piadosas con besos en la frente,

a una orquestada fama con forma de mujer,

sobre sus blancas sienes dejadlos dulcemente,

cual única corona que puedo yo ofrecer.

 

Tu giro es el que nace del seno diamantino

donde se guarde en mi alma la sensibilidad,

único bien que nunca me arrebató el destino,

con la serena y pura de mi felicidad.

 

Mi amor es un delirio de ardiente fantasía,

mi amor está en el alma con lágrimas de fe,

amor que se confunde con la melancolía,

corona de jazmines con hojas de ciprés.

 

La veo en las estrellas, la veo en la morada,

en la nocturna sombra, y en el ardiente sol,

do quiera van las sombras de viento enamoradas,

el sol de mis amores encuentre un arrebol.

 

Llevadlos, sí, piadosas con besos en la frente,

a una orquestada fama con forma de mujer,

sobre sus blancas sienes dejadlos dulcemente,

cual única corona que puedo yo ofrecer.

 

Mi amor es un delirio de ardiente fantasía,

mi amor está en el alma con lágrimas de fe,

amor que se confunde con la melancolía,

corona de jazmines con hojas de ciprés.

 

Llevad en vuestras alas, ¡oh brisas pasajeras!,

los huérfanos suspiros a mi adorado bien;

no le digáis que la amo, pero dejad siquiera

los huérfanos suspiros sobre su blanca piel.

 

Llevad en vuestras alas, ¡oh brisas pasajeras!,

los huérfanos suspiros a mi adorado bien;

no le digáis que la amo, pero dejad siquiera

los huérfanos suspiros sobre su blanca piel.

 

(Sello Columbia

Intérprete: Carlos Gardel

Grabación: 13 de agosto de 1912

Letra: José Mármol

Música: Arturo A. Mathon)

 

La grabación en ritmo de vals y a manera de coplas, si bien es del sello Columbia, fue realizada en Buenos Aires por la Casa Tagini.

 

Portal Billiken.Lat, 27 junio 2022, por Melina Sutera:

 

https://billiken.lat/interesante/casa-tagini-el-lugar-donde-carlos-gardel-grabo-su-primer-disco/

 

[Casa Tagini fue el primer comercio de venta de discos y máquinas fonográficas de la zona. Este emblemático espacio estaba ubicado sobre Avenida de Mayo #601, a metros de la Plaza… En 1910, Giuseppe Tagini –el dueño– consiguió una licencia de la Casa Columbia de Estados Unidos, que permitió que en su local se pudieran grabar canciones bajo el mismo sello… Dos años más tarde, sería en este lugar donde Carlos Gardel grabaría su primer disco. Según información que proporciona el museo del cantante y compositor, este firmó contrato el 2 de abril de 1912 para grabar siete discos dobles… Una vez terminadas las grabaciones, las matrices fueron llevadas a Norteamérica, donde terminaron de confeccionarse los discos que salieron a la venta en Argentina. El repertorio de estos ejemplares correspondía al estilo criollo]

 

Obsérvese esta última aclaración que es pertinente para lo de las primeras grabaciones de Gardel y para el tema grabado por Mathon, puesto que el denominado tango canción apenas tuvo su origen en 1917 con la grabación de “Mi noche triste” por parte de Carlos Gardel. Las grabaciones anteriores “correspondían al estilo criollo”.

 

El coleccionista e historiador musical Gustavo Escobar Vélez aporta que:

 

[Encontré en un documento de Luciano Londoño López titulado “Carlos Gardel compositor” lo siguiente: La habanera “Brisas de la tarde” fue cantada por Arturo Mathon con el título de “A ella”, y Juan Canaro la tomó para su tango “La Brisa” –en cuya autoría participó luego su hermano Francisco–, con la aclaración en la partitura de que “El trío es inspirado en un motivo popular”… En el catálogo Gardeliano aparece acreditado a José Mármol y a Gardel-Razzano… Orlando del Greco en su obra “Carlos Gardel y los autores de sus canciones” incluye la biografía de Mármol, y le acredita “Brisas de la tarde”, pero en el documento de Londoño no aparece mencionado Mármol]

 

Esta grabación de Gardel de 1913 en la casa Columbia de Buenos Aires no tuvo buena acogida por el público, y arrumada en el piso desapareció en los trasteos de la casa Tagini, según cita el periodista Carlos José Fakih en su artículo “Misteriosas criaturas esfumadas” que publicó en el portal Página 12:

 

[…Sin embargo, el mayor coleccionista de discos gardelianos en la Argentina, Enrique Ruiz Daudet, ya fallecido, afirmaba en mayo de 1952 en la revista Discomanía que Gardel había registrado muchos más… y hacía alusión a la escasa venta de esas grabaciones a tal punto que años más tarde, al cerrar sus puertas definitivamente la casa Tagini, encargada de la distribución de esos discos, las comentadas placas se encontraban apiladas en gran cantidad y en completo estado de abandono…]

 

6-        LA BRISA DE CARLOS GARDEL EN 1922

 

Antes de seguir adelante hago la aclaración de que debido a los mestizajes en la afrodescendencia argentina podemos puntualizar o distinguir entre un “negro” de clara procedencia africana en sus facciones; y un “moreno”, de piel oscura pero matizado de fisonomía blanca. Un ejemplo de los primeros serían el guitarrista Enrique Maciel y el bandoneonista Joaquín Mauricio Mora Durante, mientras que un ejemplo de los segundos sería el guitarrista gardeliano José Ricardo que era apodado “El negro”, siendo un mestizo de piel morena. En realidad, todos ellos fueron apodados “El negro” en algún momento de sus vidas.

 

Los hermanos Juan y Francisco Canaro compusieron una melodía tanguera “para piano y canto” titulada “La brisa” e inspirada en el Rosedal o Rosaleda del parque Tres de Febrero (Bosques de Palermo) que era sendero peatonal para poetas y amantes; y Juan Andrés Caruso le puso una letra registrada en 1912 en el sello Columbia por Carlos Gardel a dúo con José Razzano con el título de “Brisas de la tarde”, título de acuerdo con la letra puesta por Caruso, que difiere totalmente del poema de Mármol. La autoría de la letra es, entonces, indiscutiblemente de Juan Andrés Caruso. Este tema también fue grabado poco después por Rosita Quiroga (Rosita Quiroga Rodríguez de Capiello) para la Victor Talking Machine Company.

 

Esa grabación de Gardel para Columbia de Tagini no se comercializó, y luego en el año de 1922 Gardel volvió a grabarla en el sello Nacional-Odeon de Glücksmann como solista, con acompañamiento de las guitarras de José “El negro” Ricardo, y de Guillermo Desiderio Barbieri. Para ese momento, el sello Nacional-Odeon era una concesión de la casa alemana International Talking Machine Company, creadora de la marca "Odeon" en 1904, cuya exclusividad para la Argentina tenía el empresario Max Glücksmann. Podemos ver que la letra y la música de “Brisas de la tarde” cantada por Gardel en 1913 con letra y música similares a las de Mathon, son diferentes de las de la posterior grabación en el año de 1922. En esta última la música es aportada por los hermanos Juan y Francisco Canaro, y la letra es de Juan Andrés Caruso.

 

https://www.youtube.com/watch?v=2EABPwDiRQY

 

[…Lo cierto es que Gardel también la grabó, pero al advertirse la violación del contrato se impartió la orden de no distribuir ese disco y destruir las copias existentes…]

 

Hay, pues, grabaciones que desaparecieron por deterioro de almacenamiento o por destrucción ordenada por las mismas casas grabadoras que no querían romper pactos y contratos de respeto y exclusividad efectuados entre ellas mismas para que “entre bomberos, no nos pisemos las mangueras”, como suele decirse; y no sería raro que lo mismo ocurriera con la grabación de Quiroga porque no la encuentro en Internet, ni encuentro referencias a ella en los catálogos discográficos de la artista, aparte la mención que hace el Sr. Fakih en el portal de Página 12.

 

Sobre “La brisa” grabada por Gardel para Discos Columbia de Tagini, dice el portal Página 12.com que:

 

[…Recién en la tercera entrega de grabaciones aparece Gardel como solista sin su compañero Razzano. “El pangaré”, de Alcides de María, es la pieza elegida por el cantor para iniciar aquella serie de grabaciones que se extendería durante dieciséis años. A ese tema se le acopla “Brisas”…]

 

Aclaro que “pangaré” es una variedad racial equina, y encontramos, entonces, dos grabaciones y dos títulos para el mismo tema de las brisas. Una de Gardel con la misma letra de José Mármol cantada por Arturo Mathon; y otra de Gardel con la letra de Caruso y con música de Juan y Francisco Canaro, que habla de que “Era una tarde y corría la brisa muy cálida y suave por la rosaleda…”.

 

La primera grabación de Gardel tenía el número de registro 18054B del sello Columbia de Tagini; mientras que la segunda tenía el número de registro 19015 A del sello Odeon de Glücksmann.

 

“Era una tarde y corría la brisa

muy cálida y suave por la rosaleda.

Cerca del lago, leyendo poesías,

estabas oculta entre la arboleda.

 

Turbé el silencio, con mis pisadas;

hubo un suspiro, y dos miradas.

Era una tarde, corría una brisa

muy cálida y suave por el rosedal.

 

Y nos volvimos a ver

en aquel mismo lugar,

y grabado en un rosal

quedó un nombre de mujer

como recuerdo imborrable

de horas vividas, y de una ilusión;

mientras la tarde moría,

y el sol nos enviaba

un beso de amor.

 

Y así una triste tarde

al banco lo avizoro,

estabas tú sentada

siempre esperándome.

 

He vuelto muchas veces

teniendo la esperanza

de ver si te veía;

mas, nunca te encontré.

 

Qué lindo hubiera sido

vivir nuestros amores,

vivirlos, siempre ocultos

allá en aquel lugar.

 

Hoy ya, pa' que le cante,

sólo queda el recuerdo

de un amor muerto

en nuestro rosedal.

 

Allá en el banco

en que nos conocimos

voy todas las tardes

y, cuando no llegues,

 

en el silencio

de la rosaleda

mi alma de frío

y de amor se estremece.

 

Hay un recuerdo en esa calma,

y por eso sufre tanto mi alma;

allá en el banco

en que nos conocimos,

voy todas las tardes

en el rosedal.

 

Y nos volvimos a ver

en aquel mismo lugar,

y grabado en un rosal

está un nombre de mujer

como recuerdo imborrable

de horas vividas, y de una ilusión,

mientras la tarde moría,

y el sol nos enviaba

un beso de amor.

 

Y así una triste tarde

al banco lo avizoro,

y estabas tú sentada

siempre esperándome.

He vuelto muchas veces,

teniendo la esperanza

de ver si te veía…

mas, nunca te encontré”.

 

En mi humilde ignorancia, me parece que en esta letra hay dos estilos, dos autores. El primero es poético, cuidadoso de la métrica y de la rima. Pero el segundo, que comienza con la estrofa “Hoy ya, pa' que le cante, / sólo queda el recuerdo / de un amor muerto / en nuestro rosedal”, pareciera haber sido escrito y adicionado por otra persona para que lo cantara Gardel. La verdad sobre el asunto, no sabría decirla, pero es esa mi impresión.

 

7-        LA BRISA DE IGNACIO CORSINI EN 1921

 

Ignacio Corsini grabó para el sello Odeon en 1921, con acompañamiento de guitarras, su versión de “La brisa”:

 

https://www.youtube.com/watch?v=T35LxSo6E1k

 

“Era una tarde, y corría una brisa

muy cálida y suave por la rosaleda.

Cerca del lago, leyendo poesías,

estabas oculta entre la arboleda.

 

Turbé el silencio con mis pisadas,

hubo un suspiro y dos miradas.

Era una tarde, corría una brisa

muy cálida y suave, por el rosedal.

 

No nos volvimos a ver

en aquel mismo lugar,

y grabado en un rosal

quedó un nombre de mujer

como un recuerdo imborrable

de horas vividas con tu ilusión;

mientras la tarde moría,

y el sol nos enviaba

un beso de amor.

 

Pero una triste tarde

el banco vi muy solo;

no estabas tú sentada

allí, esperándome.

He vuelto muchas veces,

teniendo la esperanza

de ver si te veía;

mas, nunca te encontré.

 

Qué lindo hubiera sido

seguir nuestros amores,

vivirlos siempre ocultos

allá en aquel lugar.

Ya, roto aquel encanto,

solo queda el recuerdo,

y llorar el amor muerto

en nuestro rosedal.

 

Allá a aquel banco,

en que nos conocimos,

voy todas las tardes;

y, cuando anochece,

en el silencio de la rosaleda

mi alma de frío y amor

se estremece.

 

Hay un recuerdo en esta calma,

y por eso sufre tanto mi alma.

Allá a ese banco, en que nos conocimos,

voy todas las tardes en el rosedal.

 

No nos volvimos a ver

en aquel mismo lugar,

solamente está el rosal

con tu nombre de mujer,

como un recuerdo vivido

en las dulces horas

de tierna ilusión,

de aquella tarde de idilio

en que nos juramos

un eterno amor.

 

Qué lindo hubiera sido

seguir nuestros amores,

vivirlos siempre ocultos

allá en aquel lugar.

 

Ya, roto aquel encanto,

hoy solo hay un recuerdo;

y llorar el amor muerto

de nuestro rosedal”.

 

Encuentro como curiosidad que en la letra cantada por Gardel hay un verso que dice “Y nos volvimos a ver en aquel mismo lugar”, mientras que en la versión de Ignacio Corsini canta “No nos volvimos a ver en aquel mismo lugar”. Son distintos los versos, pero los dos encajan en el contexto de la letra.

 

Gustavo Escobar tiene en su poder el libro biográfico “Ignacio Corsini, mi padre”, sobre el cantor italoargentino Andrea Ignacio Corsini Salomone, escrito por su hijo el médico argentino Ignacio Corsini Pacheco, en la que Corsini hijo cita una discografía con los 88 títulos que fueron grabados tanto por Carlos Gardel como por su amigo Ignacio Corsini, según recopilación discográfica hecha por Héctor Luis Cosio y Victorio Sacullo, de la agrupación musical El Organito. En realidad son 89 los títulos coincidentes en las discografías de los dos cantores, y entre ellos se encuentra el tango “La brisa” de F. y J. Canaro con Juan Caruso. Corsini lo grabó en 1921, mientras que Gardel lo grabó en 1922, pero como hemos podido ver Gardel ya lo había grabado antes para Tagini en 1912; aunque podemos apreciar la diferencia en las letras transcritas y en la música.

 

Los guitarristas de Ignacio Corsini fueron Eduardo “El negro” Maciel, Rosendo Pesoa, y Armando Pagés.

 

Rosendo Pesoa es quien presta sus labios para los silbidos melódicos que hay en algunas grabaciones de Corsini como la curiosa de “Los carreteros” que fue grabada a dúo por las voces de Ignacio Corsini, el padre; e Ignacio Corsini Pacheco, el hijo. Corsini padre dedicó toda su vida a la música, mientras que Corsini hijo optó por dedicar sus esfuerzos a la medicina.

 

Oí decir que Corsini dejó de grabar para la casa Nacional-Odeon debido a alguna diferencia de emolumentos presentada con su guitarrista Eduardo “El negro” Maciel, pero no pude confirmar dicha opinión; en cambio es más difundida la de que fue el dolor por la muerte de su esposa lo que hizo callar al cantor.

 

8-        LA BRISA DE CHARLO EN 1929

 

En 1929 Charlo (Carlos Pérez de la Riestra) grabó con la orquesta de Francisco Canaro, uno de los compositores de la música, este tema titulado “La brisa”, pero con otra letra muy diferente a la de Gardel; y lo hizo a manera de glosa o estribillo entrando con su voz cuando la música instrumental ya iba muy avanzada en el registro. Podemos ver que la versión de Charlo, grabada en el sello Odeon, prescinde por completo de la letra que había sido cantada por el Zorzal Criollo pero, curiosamente, esta letra de Charlo aparece atribuida también a Juan Andrés Caruso.

 

https://www.youtube.com/watch?v=FGNysfeMZ9A

 

Mas, no éramos iguales; y eso nos separaba.

Un mundo de distancias había entre los dos.

Tú eras de familia muy rica y distinguida,

yo en cambio solamente era un trabajador.

 

Vivías entre el lujo en un regio palacio,

ningún amor sincero podías tú sentir;

tus autos y lacayos, tu oro y pedrería,

tu seda y tus encajes, te alejaban de mí.

 

Mas, no éramos iguales; y eso nos separaba.

Un mundo de distancias había entre los dos.

Tú eras de familia muy rica y distinguida,

yo en cambio solamente era un trabajador.

 

Por cierto que el comienzo en la letra adoptada por Charlo da a entender que se trata de la segunda parte de un poema en el que previamente se hubiera contado la historia de cómo fue el primer encuentro de una pareja amorosa tan desigual.

 

9-        LA BRISA DE CARLOS DANTE EN 1946

 

La misma “Brisa” de Gardel fue grabada por el cantor Carlos Dante en 1946 para el sello Odeon, con acompañamiento de la orquesta de Alfredo de Ángelis:

 

https://www.youtube.com/watch?v=AZhxMSv9ELY

 

“Era una tarde y corría la brisa

muy cálida y suave por la rosaleda.

Cerca del lago, leyendo poesías,

estabas oculta entre la arboleda.

 

Turbé el silencio, con mis pisadas;

hubo un suspiro, y dos miradas.

Era una tarde, corría una brisa

muy cálida y suave por el rosedal.

 

No nos volvimos a ver

en aquel mismo lugar,

y grabado en un rosal

quedó un nombre de mujer

como recuerdo imborrable

de horas vividas, y de una ilusión;

mientras la tarde moría,

y el sol nos enviaba

un beso de amor.

 

Llegado a este punto, Dante se aparta de la letra cantada por Gardel e introduce las estrofas atribuidas a Caruso, cuyo verdadero autor ignoro, que habían sido grabadas como glosa por Charlo. Dante hace una mezcla de lo uno y de lo otro, pero prescinde de las demás estrofas cantadas originalmente por Gardel. La segunda parte cantada por Carlos Dante, por lo tanto, dice:

 

Mas, no éramos iguales; y eso nos separaba.

Un mundo de distancias había entre los dos.

Tú eras de familia muy rica y distinguida,

yo en cambio solamente era un trabajador.

 

Vivías entre el lujo en un regio palacio,

ningún amor sincero podías tú sentir;

tus autos y lacayos, tu oro y pedrería,

tu seda y tus encajes, te alejaban de mí.

 

Mas, no éramos iguales; y eso nos separaba.

Un mundo de distancias había entre los dos.

Tú eras de familia muy rica y distinguida,

yo en cambio solamente era un trabajador.

 

10-    LA BRISA DE ANDRÉS FALGÁS EN 1938

 

Andrés Falgás grabó este tango en 1956 en Colombia con la orquesta de Roberto Pansera para el sello Sonolux, pero antes lo había grabado en 1938 para Odeon en Argentina con la orquesta de Juan Canaro, otro de los compositores de la música. La letra que canta Falgás es muy diferente a la original de Gardel y, curiosamente, como dijimos, aparece atribuida también a Juan Andrés Caruso. En este enlace puede escucharse la versión de Falgás con Juan Canaro:

 

https://www.youtube.com/watch?v=pv1px5DdSzc

 

Yo fui sincero, y supe quererla,

sin pensar que un día pudiera perderla;

pero ella nunca pensó en escucharme,

y siguió su camino… tal vez para odiarme.

 

Y yo, en silencio, guardé mis penas

que me torturan, y me condenan;

pero una noche, cansada y vencida,

volvió arrepentida buscando el perdón.

 

Después de haber bebido la copa de amargura,

después de haber sufrido la cruel humillación,

tuviste la osadía de hablarme del pasado;

has desecho vida, ¡vos no tenés perdón!

 

Qué lindo hubiera sido seguir nuestros amores,

unir nuestras dos almas, formar un dulce hogar.

Solo queda el recuerdo, y aquel retrato amado

que un día me entregaste, jurando siempre amor.

 

Puede observarse que la versión de Falgás se monta sobre la música de los hermanos Canaro, pero no solo la letra no parece ser de Caruso sino que difiere por completo de la temática expuesta en el Rosedal, de la que apenas conserva el título… Pudiera pensarse que Caruso hubiera optado por hacer otra letra para esa música, pero resulta que él murió en 1931 y la más remota grabación de Falgás con esta letra es de 1938.

 

En 1957 Falgás volvió a grabar en Medellín el tango para Sonolux con acompañamiento de la orquesta dirigida por el maestro Luis Uribe Bueno, pero desconozco esa grabación y es posible que, a mi modo de ver, no agregue nada a los conocimientos que tenemos sobre el tema. De todos modos, esta “Brisa” de Falgás con Uribe Bueno, y “La brisa” de Falgás con Roberto Pansera, fueron ambas grabadas en el sello Sonolux de Medellín; gestionadas por Hernán Restrepo Duque, que trabajaba para Sonolux y para el catálogo de la RCA Victor con un indudable instinto comercial que lo hacía olfatear temas que tendrían buena acogida por parte del público.

 

Dice Mauricio Restrepo Gil en las páginas 108 y 109 de su libro “Hernán Restrepo Duque, una biografía” que:

 

[…Muchos artistas extranjeros que llegaron a Medellín encontraron en Hernán un excelente amigo y un importante productor de sus discos. Él con sus conocimientos les grababa piezas que lograron impactar en el público colombiano. Así comandó las grabaciones de Antonio Tormo, Alberto Gómez, y Agustín Irusta, que vinieron y grabaron en Sonolux con un conjunto dirigido por Luis Uribe Bueno… Andrés Falgás hizo registros fonográficos con la orquesta del bandoneonista Roberto Pansera, que en esa época vivía en Bogotá; y al mismo Falgás luego, en una histórica varada en Medellín, Hernán le hizo grabar con gran éxito los temas “Qué falta que me hacés” y “No nos veremos más”, con letra de su amigo Federico Silva y glosas de Antonio Cantó…]

 

Hay tangueros que prefieren una u otra de las mencionadas versiones porque, como se dice, “entre gustos no hay disgustos”. Por mi parte, siento predilección por la grabación de Falgás con Pansera:

 

https://www.youtube.com/watch?v=qF-acwx5Hxc

 

CONCLUSIÓN

 

1-De esta confrontación se desprende que los valses o canciones criollas “A ella”, y “Brisas de la tarde”, grabadas por Arturo Mathon y por Carlos Gardel, están basadas en el poema “Melancolía” de José Mármol como letrista, y su música es de Mathon.

 

2-El tango “La brisa”, con música de los hermanos Juan y Francisco Canaro, y letra puesta por Juan Andrés Caruso, es otra cosa diferente tanto en la letra como en la música, y fue grabado originalmente por Carlos Gardel a dúo con José Razzano y acompañamiento de guitarras. Después lo grabó como solista con acompañamiento de guitarras. Al parecer, sobre la letra original de Caruso fueron agregadas otras estrofas que fueron cantadas por Gardel en esta grabación. Posteriormente otros cantantes la grabaron con la misma música y alterando o cambiando las respectivas letras. Tal es el caso de Rosita Quiroga, Ignacio Corsini, Charlo, Carlos Dante, y Andrés Falgás, entre otros.

 

3-Las dos “Brisas” que más conocemos son las de Charlo con letra apegada, pero modificada, de las de Caruso y Gardel; que viene a ser la misma de Dante con modificaciones y por eso la conocemos como “La brisa” de Carlos Dante. La música es la de los hermanos Canaro. En esta se habla de brisa, de rosas, de rosedales, de rosaledas, y de amores frustrados por la diferencia de clase social entre los amantes.

 

4-La otra “Brisa” viene a ser la de Andrés Falgás con una letra atribuida a Caruso, pero que al parecer no es de él sino de otra persona pues su temática se aparta por completo de la que Caruso hizo para Gardel. En la de Falgás se habla de que “Yo fui sincero, y supe quererla, sin pensar que un día pudiera perderla”.

 

Con este aporte quedan completas, al parecer, las piezas del rompecabezas.

 

ORLANDO RAMÍREZ-CASAS (ORCASAS)