Dice Reiner María Rilke que la verdadera patria es la infancia, pues los recuerdos de infancia son los que marcan los apegos y el sentido de pertenencia.
El lugar de nacimiento de algunos personajes suele ser fortuito o coincidencial, y en muchos casos difiere del lugar donde la madre vivió la gestación, de donde la criatura vio la luz primera, o de donde creció.
Según algunos, el compositor Agustín Lara no nació en la ciudad de México, ni nació en la ciudad de Veracruz, sino que nació en el pueblo de Tlacotalpan en el sureste del estado de Veracruz. Eso es posible pero, al parecer, él siempre se sintió veracruzano y no tlacotalpanense.
No se sabe a ciencia cierta si Carlos Gardel nació en Tolousse o nació en Tacuarembó, pero lo que sí se sabe fue que pasó su niñez y su adolescencia en Buenos Aires, por lo que a la hora de la verdad Gardel era argentino.
El argentino Julio Cortázar, es bien sabido, nació en Bélgica donde su padre era diplomático. Vivió y murió en Francia, pero siempre consideró que su patria era el país de la Argentina donde vivió los primeros años.
El poeta colombiano Carlos Castro Saavedra aparece como nacido en Medellín, pero se duele el profesor cisnereño Édgar Herrera Morales de que el poeta no reconociera que él nació propiamente en ese municipio del Magdalena Medio. Sus razones debe tener el profesor para afirmar tal cosa, pues en esos tiempos no era raro que familias de Medellín, con residencia en la capital departamental, pasaran largas temporadas vacacionales en sus fincas de tales regiones.
El prócer colombiano José Félix de Restrepo Vélez es considerado envigadeño, aunque en honor a la verdad su familia vivía a orillas de la quebrada La Doctora en lo que hoy es el municipio de Sabaneta. Sin embargo, por circunstancias que desconozco, su madre gestante lo llevó en su vientre a lomo de mula, y él nació a orillas de la quebrada La Iguaná en terrenos de la Otrabanda del río Aburrá. Para acabar de completar, en ese tiempo los bautismos de Sabaneta, Envigado, y la Otrabanda, eran registrados en la Parroquia de Nuestra Señora de la Candelaria, en pleno centro de Medellín, y es aquí donde se encuentra registrada dicha partida.
Igual sucede con el prócer Francisco Antonio Zea (Juan Francisco Antonio Hilarión de Zea Rodríguez y Díaz del Mazo), que fue gestado en Santa Rosa de Osos donde su padre ocupaba un puesto público, pero nació en Otrabanda cuando su madre venía para Medellín. Dice Fernando González que:
[Ni siquiera nació en Medellín, ni es de allá, el negociante en relojes ingleses en el Orinoco, el gran Hilarión Rodríguez, alias Francisco Antonio Zea. Fue que su mamá lo parió en Otrabanda, cuando venía preñada de Santa Rosa de Osos].
Manuel Mejía Vallejo nació en Jericó, pero fue gestado en Jardín. Dejó testimonio de ello:
[Habitábamos territorio jardineño. En Jericó había nacido mi madre y a caballo me llevó en sí misma. Por ese hecho nací en Jericó. Tengo pues, dos nacimientos, dos camas primeras, dos casas iniciales, y me gozo de tener dos pueblos como cuna].
(De Confesiones de un escritor)
Otro personaje cuyo lugar de nacimiento se presta a controversia es el compositor José A. Morales (José Alejandro Morales López), bautizado en Tocaima (Cundinamarca) como hijo de madre soltera por doña Dolores López, porque seguramente el padre biológico Marco Tulio Morales no quiso dar en ese momento su apellido a la criatura, que fue criada en la hacienda San Roque de El Socorro (Santander) y por ello se consideró siempre socorrano e hizo uso del Morales que en principio le había sido negado por el papá. Resulta que su lugar de gestación y nacimiento no fue El Socorro, ni fue Tocaima, sino una humilde casa del municipio de Guaduas en Cundinamarca, y ahí se aplica la estrofa de los hermanos Ana y Jaime Valencia:
“No importa dónde se nace,
ni dónde se muere,
sino dónde se lucha”.
A PROPÓSITO DEL GRAN COMPOSITOR
JOSÉ A. MORALES
Revista Eje 21.com
Por Jaime Rico Salazar
https://www.eje21.com.co/2013/09/a-proposito-del-gran-compositor-jose-a-morales/
Haciendo honor a la realidad histórica hay que decir, primero, que él no nació en El Socorro (Santander) el 19 de marzo de 1913; y, segundo, que esta fecha tampoco es la verdadera. No existe en ninguna de las iglesias de esa ciudad una partida de bautismo que certifique estos datos; y como afirma el señor Puno Ardila Amaya en un artículo que escribió recientemente sobre Morales, “Solo una madre puede decir con certeza de donde es su hijo; y, además, la mamá es la única que sabe quién es el papá”.
Resulta que existe la partida de bautismo de José A., como veremos.
Las aguas bautismales
Su madre, Dolores López, lo bautizó en Tocaima (Cundinamarca) el 14 de septiembre de 1910, según consta en el siguiente documento, que dice:
“Arquidiócesis de Girardot – Parroquia de San Jacinto de Tocaima – Cundinamarca. Partida de bautismo Libro 26. Folio 10. José Alejandro López. En Tocaima a catorce de septiembre de 1919, bauticé solemnemente a un niño a quien nombré José Alejandro, hijo de Dolores López que nació el nueve de febrero. Abuelos maternos: Jesús López. Padrinos: Juan N. Galindo a quien advertí lo necesario. Doy fe. Obdulio A. Chala. Presbítero”.
Este documento lo puede conseguir fácilmente cualquier persona en la parroquia de Tocaima. No es una invención.
La verdadera fecha
Pues bien, de acuerdo con la información que Dolores López, la madre de José A., dio a la parroquia de Tocaima, el niño nació el 9 de febrero de 1910. Esta es la verdadera fecha de su nacimiento, aunque no necesariamente haya sido el sitio en donde nació, ya que fue bautizado siete meses después de haber nacido. Y la madre tampoco quiso registrar en ella el nombre del padre: Marco Tulio Morales.
José A. Morales escribió: “Socorro, ciudad a la que tanto amo y tanto le debo, ciudad que nutrió mi inspiración musical y me dio todo lo que actualmente soy. La que me enseñó a ser recto, grato y señor…”. Pero José A. nunca quiso decir el verdadero lugar de su nacimiento.
La primera cédula que tuvo fue una hoja de papel que se doblaba en varias partes en forma de libreta, y a mano se llenaban los datos personales. La persona cuando se acercaba a registrarse, si carecía de una partida de bautismo, debía presentar un testigo que avalara su información. En esta forma consiguió José A. los datos para su primera cédula. Y allí figura el sitio real de su nacimiento, pero por razones que solamente él tuvo, lo tachó con una pluma estilográfica (en esos años no se habían inventado los lapiceros) y encima con su puño y letra escribió El Socorro. Este documento lo tiene Jaime Llano González, que fuera su gran amigo, y que le guardó ese secreto durante toda la vida. Hoy, desafortunadamente Jaime está muy delicado de salud y ya nada recuerda.
Su cédula de ciudadanía
Pensé que la tarjeta decadactilográfica que tiene la Registraduría del Estado Civil me sacaría de esta incertidumbre, pero nada conseguí. Su cédula de ciudadanía fue expedida el 9 de diciembre de 1961 (con el Nº 17.023.192) y, por supuesto, figura allí como nacido en El Socorro el 19 de marzo de 1913. En ella figura además Marco Tulio Morales como su padre, y Dolores López como su madre. También quedó constancia en esta ficha que estos datos fueron obtenidos de su cédula anterior: la Nº 2.280.741 que tenía para identificarse antes de 1961. Este número de cédula es el que figura en su Partida de Defunción (la tiene Sayco). Curiosamente este mismo número lo consulté con la Registraduría y me encontré con una gran sorpresa, pero no la que buscaba. Esta cédula corresponde actualmente (en el año de 2013) a la de un ciudadano de Ataco, Tolima. Definitivamente no entiendo por qué, teniendo una cédula, le fue cambiada por otra con un número diferente; y que la anterior continúe vigente y a nombre de otra persona. Que esto lo hagan hoy los malandrines que tanto abundan en este país no es raro, pero bien sabemos que José A. Morales fue un señor a carta cabal, un caballerazo honesto y de conducta intachable. Estamos en el país del Sagrado Corazón de Jesús. Pero hay muchas cosas más.
El cobro de las regalías
Después de que él murió averigüé con Sayco a quién le pagaban las regalías de sus canciones, y me informaron que las primeras regalías le fueron pagadas a un hermano de José A. por el director de Sayco en esos días, el compositor pastuso Raúl Rosero. El señor Rosero vivía entonces en Miami y hasta allá fui a buscarlo. Me contó que, como no sabían a quién hacerle este pago, pusieron una información pública para que se hicieran presentes las personas interesadas. Se presentaron dos personas: un hermano que vivía en Guaduas, y una hija natural, nacida de un amor que tuvo en su juventud, que se llama Josefina (Fue vecina mía en Bogotá en la década de los años 60, y es muy posible que ya haya fallecido). Hoy creo que han cambiado las leyes, pero de acuerdo con la legislación colombiana de entonces el beneficiario legal directo era su hermano, y para pagarle el dinero Raúl Rosero tuvo que viajar a Guaduas y localizarlo, para verificar su parentesco real. Lo encontró viviendo en una casita muy humilde, en medio de una gran pobreza, y entonces él le manifestó: “Esta casita era de nuestros padres y aquí también nació José Alejandro…”.
Tratándose de un testimonio tan directo, no creo que quede alguna duda acerca del lugar de su nacimiento. José Alejandro no tuvo nunca un recuerdo amable que lo atara a esta población y por esa razón nunca quiso darle el crédito. Sí se lo dio a El Socorro, porque fue el pueblo que lo vio crecer y desarrollarse como señor, como músico y compositor. Es muy razonable su actitud. Pero debemos tener en cuenta que históricamente no nació allí. Y la gente lo debe saber y aceptar…]
Según esto, José A. Morales no viene a ser socorrano, donde se crio; ni tocaimuno, donde fue bautizado; sino de Guaduas en Cundinamarca, donde fue gestado y nació en una humilde casa.
ORLANDO RAMÍREZ-CASAS (ORCASAS)