Según conversación con el Sr. Honorio Rúa Betancur de Medellín:
“Cansados de que nos corrieran del salón del Club Unión donde nos reuníamos para hablar de música en Junín entre la Av. La Playa y Maracaibo al comenzar el año 2007, porque según los meseros ya iba a llegar la hora del almuerzo y necesitaban arreglar las mesas para los comensales; Jairo Gómez Botero y yo nos trasladamos al Salón Málaga, donde don Gustavo y don César Arteaga nos dieron acogida”.
A poco se les unieron otros melómanos desplazados del Unión, entre los que se encontraba la coleccionista itagüiseña Leonia Muñoz Puerta.
Leonia, nacida el 4 de octubre del año 1959, se aprestaba para celebrar en este año de 2019 los 60 años de edad; pero no será posible, porque unas puñaladas propinadas en su casa dieron al traste con su vida. Las autoridades apenas inician las investigaciones barajando posibilidades que incluyen, entre otras, la hipótesis de un atraco delicuencial. Todavía no hay respuestas.
Leonia, nacida el 4 de octubre del año 1959, se aprestaba para celebrar en este año de 2019 los 60 años de edad; pero no será posible, porque unas puñaladas propinadas en su casa dieron al traste con su vida. Las autoridades apenas inician las investigaciones barajando posibilidades que incluyen, entre otras, la hipótesis de un atraco delicuencial. Todavía no hay respuestas.
“Desde muy joven yo me inicié en el coleccionismo”, me dijo algún día, “pero luego un novio que tuve hizo un importante acopio a mi colección”. Hablas de novio, Leonia, o sea que no te casaste con él. “Con él no, porque me había hecho el propósito de no abandonar a mi mamá”. Pero sí se casó con un señor de apellido Gutiérrez; “de quien se separó”, según alcancé a escuchar de una vecina en algún momento entre el Evangelio y la Elevación, durante la misa fúnebre en una iglesia cuyos escaños estaban ocupados de bote en bote por multitud de parientes, vecinos, amigos, y relacionados, menos uno que viajó desde el municipio de San Pedro de los Milagros “a darle el último adiós a mi amiga y compañera de aguardientes y música en noches interminables” pero no alcanzó a llegar a la misa. Me lo encontré descendiendo del Metro y dirigiéndose al cementerio de Jardines Montesacro a esperar la llegada del féretro. Tuvo una hija, Carmen Muñoz, que vive en los Estados Unidos con su pequeño hijo de unos diez años, quien la acompañaba en los primeros asientos, rodeados de la gran cantidad de tíos y tías y primos maternos que allí se encontraban. “Es su única hija, y el niño es su único nieto”, dijo alguien a mi alrededor.
Su nonagenaria madre, que tiene la salud muy deteriorada, quedó en casa al cuidado de otra hija, y en los últimos dos años la asistencia de Leonia a la tertulia se había hecho intermitente, cuando las obligaciones familiares se lo permitían. Por inesperada y paradójica que pueda parecer la situación, en medio de precarias condiciones de salud, su madre le sobrevive. “Quién sabe si le habrán dicho lo de la trágica muerte de la hija. Su corazón ya no está para recibir noticias de esas”, dijo otra vecina entre el Padrenuestro y la Comunión.
Su nonagenaria madre, que tiene la salud muy deteriorada, quedó en casa al cuidado de otra hija, y en los últimos dos años la asistencia de Leonia a la tertulia se había hecho intermitente, cuando las obligaciones familiares se lo permitían. Por inesperada y paradójica que pueda parecer la situación, en medio de precarias condiciones de salud, su madre le sobrevive. “Quién sabe si le habrán dicho lo de la trágica muerte de la hija. Su corazón ya no está para recibir noticias de esas”, dijo otra vecina entre el Padrenuestro y la Comunión.
Me dijo Leonia que:
“Después acrecenté mi ampliada colección con otras, como la de discos Anzonia de Guatemala, y otra inmensa cantidad de discos y documentos raros obtenidos en diversas partes y de muchas personas. Es incalculable la cantidad de dinero que he invertido en darme este gusto que tiene invadida mi casa por completo”.
“En la pausa para almorzar, durante el 2º Encuentro de Melómanos Amigos del Salón Málaga, aparecen Virgilio Pineda y Leonia Muñoz en primer plano; con Ismael Porto Herrera y Guillermo Villa Correa, a sus espaldas; y, al fondo, Honorio Rúa Betancur. Imagen tomada de Internet. Fotografía tomada por Alfanoticias”.
De esta tarea da cuenta en entrevista que concedió al periodista Otoniel Parra Arias de Alfanoticias:
Dijo ella que:
“La Alcaldía ofreció comprarme la colección de discos y documentos, y demás elementos, pero yo me negué. ¿Cómo voy a venderla, si esta colección es mi vida? Yo, sin mi música, me muero”.
Me proponía visitarla en su casa para hacerle una entrevista, pero por dificultades del camarógrafo que me iba a acompañar no fue posible, así ella hubiera manifestado que “Allí los recibiré con los brazos abiertos”.
La que sí pudo hacerle una visita y registrarla con su cámara fue la profesional en el área de Nuevos Medios y Producción de Audiovisuales Alba Jaramillo Gaviria, hija de los coleccionistas Jaime Jaramillo Suárez y Luz Marina Gaviria que son integrantes de la tertulia; quién, como parte de su carrera en los Estados Unidos, elaboró con entrevistas a varios coleccionistas en el año 2015 un trabajo denominado “Proyecto para una colección”. Es un video de quince minutos de duración en el que entre otros aparecen los señores Cristóbal Díaz Ayala, Felino Izquierdo, y Oscar Peláez Jaramillo. Pero, además, aparecen entrevistados los fallecidos melómanos y coleccionistas Dr. Héctor Ramírez Bedoya de la Corporación Club Sonora Matancera de Antioquia, el Dr. Luciano Londoño López de la Academia Porteña del Lunfardo, y la ahora también fallecida Leonia Muñoz Puerta que puede verse entre el minuto 3:40 y el minuto 5:30 de este video, entre el minuto 9:19 y el minuto 10:00, y entre el minuto 10:45 y el minuto 11:00, dando testimonio sobre cómo fue conformando su colección.
Nacida y criada en el barrio San Francisco de Itagüí, se había convertido en líder cívica de su comunidad. Pregunté a una vecina de escaño en la iglesia porqué había tantas damas vestidas con una camiseta verde, y me dijo que eran pertenecientes al grupo de gimnasia aeróbica al que Leonia asistía, y que “ella nos va a dejar un gran vacío porque era una mujer alegre y emprendedora. Era la que nos animaba los paseos”. Al finalizar la misa de cuerpo presente una compañera de luchas de la Acción Comunal del Barrio tomó la vocería para leer un sentido y poético homenaje escrito a muchas manos, y un representante del Concejo Municipal leyó la resolución con decreto de honores en su memoria y condolencias a sus familiares que fue entregado en nota de estilo a su hija Carmen Muñoz. “Es que en la sesión de esta mañana en el Concejo se hizo un minuto de silencio para homenajearla como líder cívica destacada de la comunidad”, oí que dijo otra de las vecinas.
Paz en la tumba de Leonia, que deja en estado de duelo a los melómanos y coleccionistas de Medellín, y muy particularmente a los integrantes de la Tertulia de Melómanos Amigos del Salón Málaga, tertulia que ella enriqueció con sus aportes y su presencia desde sus inicios hasta cuatro días antes de morir.
ORLANDO RAMÍREZ-CASAS (ORCASAS)
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