Una de las advocaciones más extendidas de la Santísima Virgen María, madre de Jesús de Nazaret, Nuestro Señor Jesucristo (… Que es Dios, por los siglos de los siglos…), es la de Nuestra Señora de los Dolores, o Madre Dolorosa, que los católicos veneramos –para los enterados, venerar no es lo mismo que adorar; y consideramos que el culto de adoración sólo se le rinde a la Divinidad. Decir que los católicos adoramos a la Madre de Dios, es simple ignorancia supina de los que ni siquiera aceptan que María, de Nazaret, era la madre de un hombre llamado Jesús de Nazaret–.
A esta mujer humana, la madre de ese hombre llamado Jesús, también humano, voy a referirme.
Es sabido que ese hombre, independientemente de las creencias religiosas de cada quién, existió en los tiempos del año cero de nuestra era. De su existencia dan fe cuatro testigos que dejaron libros escritos hablando de él: Juan, Mateo, Marcos, y Lucas. No he oído decir que nadie dude de la existencia de esos testigos, y siendo así nadie debe dudar de la existencia del hombre cuya vida esos testigos documentaron. Por esos testimonios sabemos que, de acuerdo con las costumbres de la época, él fue llevado a sufrir muerte de crucifixión (fijamiento en cruz), y sepultado, en el mandato del gobernador Poncio Pilatos, de quien nadie duda tampoco de su existencia.
Sabiendo que esa mujer, María, era su madre; y que lo acompañaba cuando fue apresado; es dable suponer y aceptar los testimonios de los que afirman que sufrió los dolores propios de una madre cualquiera que ve sufrir atroces dolores físicos a su hijo. Los dolores emocionales de esa madre tuvieron que ser desgarradores. Más de una madre, viéndose en un caso así, fallece también “de pena moral”, como decían los abuelos.
Sus dolores, mientras transitaba por la dolorosa vía que conducía desde el sitio de apresamiento hasta el de crucifixión en el Monte Calvario, han sido inspiración de los cristianos desde hace siglos, y de ellos se han alimentado la poesía, la pintura, la escultura, la música, la literatura, el teatro, el cine; no digamos, ya, la devoción religiosa de los católicos que reconocemos en ella la divinidad de su maternidad y la recordamos en los cinco misterios dolorosos del Santo Rosario que muchos recordamos dos veces por semana (misterios gozosos, misterios dolorosos, y misterios gloriosos, dos días de cada semana; y los recientemente instituidos misterios luminosos del día jueves, insertos entre una tanda y otra, para completar los siete días de la semana). Para recordar esos dolores los católicos rezamos también las catorce estaciones del Viacrucis, o Vía de la Cruz. Unas de las obras más conocidas en el campo de los oratorios o cantos religiosos, son las inspiradas en el Stabat Mater –Stabat Mater Dolorosa / yuxta crucem, lacrimosa, / dum pendebat filius… (Estaba la madre, adolorida y llorosa, junto a la Cruz de la que pendía su hijo)–.
A este tema, precisamente, me referí en el artículo “Viacrucis de Vidal, del ciego al patojo”, insertado en el blog Postigo de Orcasas:
[El Stabat Mater (Stabat mater dolorosa yuxta crucem lacrimosa, dum pendebat filius…) ha tenido versiones de más de 200 compositores entre los que están: Giovanni Pierluigi da Palestrina, Joseph Haydn, Alessandro Scarlatti, Domenico Scarlatti, Antonio Vivaldi, Giacomo Meyerbeer, Franz Liszt, Antonin Dvorâk, Giuseppe Verdi, Karol Szymanowski, Francis Poulenc, Josef Rheinberger, Krzysztof Penderecki, Salvador Brotons, Arvo Pärt, Pilar Jurado, Karl Jenkins, y otros; pero el original canto gregoriano data del siglo XIII y es atribuido al Papa Inocencio III y al monje Jacopone da Todi. La letra en latín tiene rima y compás de tres tiempos, según me dijo el musicólogo Rodolfo Pérez González]
Como dijimos, esta advocación es una de las más extendidas entre los católicos en el amor a la Madre de Dios, y además de otras fechas en distintos lugares tiene su especial celebración en el día patronal del 15 de septiembre y en el día sábado santo de la Semana Santa, denominado “de Dolores” o “de La Soledad”, haciendo alusión a la soledad de la Virgen cuando se quedó sola a la entrada de la tumba de su hijo una vez que los que se acercaron a darle el pésame o condolencias se hubieron marchado. Dicen los que han sufrido esa experiencia, que unos de los momentos más crueles de una viuda son cuando en horas de la madrugada todos se han ido a descansar y ella se queda sola, en grima, con el ataúd de su difunto.
Remito al artículo del blog, para citar este fragmento:
[Los españoles José Lorente en la letra y José Serrano en la música se inspiraron para componer la zarzuela "La Dolorosa" o "La vía dolorosa", de la que es muy conocida el aria "La roca fría del Calvario" (...triste camina, /camina /llorosa, /la Madre Dolorosa /del Redentor...) que aquí escuchamos en versión del tenor canario Alfredo Kraus:
https://www.youtube.com/watch?v=rBdDbH5jOxw
El poeta León Zafir se inspiró en los sufrimientos de Cristo Crucificado para escribir el poema “Hacia el Calvario” (Señor, mientras tus plantas nazarenas / suben hacia la cumbre del Calvario...) en el que hace una metáfora o comparación con sus propios sufrimientos por haber quedado huérfano de madre desde que estaba niño, y el maestro Carlos Vieco Ortiz le puso música:
https://www.youtube.com/watch?v=ISsDqR-MAqw
Esos versos han llegado hasta nosotros con el reconocimiento pleno hacia sus dos autores]
No dudo en calificar de innumerables los sitios que en la madre patria, España, y en los países de América, están dedicados a esta veneración. Sólo en la arquidiócesis de la ciudad de Medellín hay cinco parroquias asociadas al nombre de Nuestra Señora de los Dolores:
Municipio de Sabaneta
Barrio Robledo
Barrio Las Estancias
Barrio Patio Bonito de El Poblado
Barrio La América
PARROQUIA E IGLESIA DE
NUESTRA SEÑORA DE LOS
DOLORES EN EL BARRIO
LA AMÉRICA DE LA CIUDAD
DE MEDELLÍN
(Algunas de las informaciones aquí consignadas fueron obtenidas de tres placas que hay en los pilares cercanos al presbiterio del templo).
Está situada en la calle 44 (calle San Juan) con la carrera 84 (carrera Velásquez), #84-22. En Wikipedia aparece la siguiente información sobre este templo:
https://es.wikipedia.org/wiki/Iglesia_de_Nuestra_Se%C3%B1ora_de_los_Dolores_(Medell%C3%ADn)
La carrera Velásquez lleva ese nombre por don Rafael Velásquez Restrepo, que era propietario de una finca en el barrio La Granja, que hoy lleva el nombre de barrio La América, y antes de ser una vía pavimentada era un camino de paso que comunicaba la fracción de Robledo con la fracción de Belén. Era un lugar alejado tanto de una como de otra fracción, y lejos, lejísimos, de la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria en la que en ese entonces se llamaba Plaza Mayor y hoy es el Parque de Berrío.
El 14 de abril de 1869 don Rafael Velásquez Restrepo y su esposa doña María Fernanda Maya Posada marcaron el primer hito al donar un terreno, y cuantiosos recursos materiales, para establecer una capilla en la que se celebrara misa; y que sus trabajadores, y los ya abundantes vecinos, no tuvieran que ir hasta las alejadas parroquias ya mencionadas. En esa fecha obtuvieron permiso del obispo monseñor Valerio Antonio Jiménez Hoyos para construir “una capilla de tapias”, lo que se verificó en terreno de la actual calle 44 (San Juan), entre carreras 84 (Velásquez Restrepo) y 86 (Emiliano Sierra Velásquez).
Primera capilla-iglesia; y teatro América
El 26 de marzo de 1898 se produjo la erección de la anterior capilla en parroquia y pasó a ser iglesia, siendo obispo de Medellín Monseñor Bernardo Herrera Restrepo.
En el terreno de la antigua capilla ahora funciona una sucursal del banco Bancolombia, cuya nomenclatura urbana es Calle 44 #84-37. Frente a este se construyó el nuevo templo.
Placa conmemorativa erección en parroquia, en el año de 1898
La antigua capilla se quedó corta porque ya no era suficiente para albergar la cantidad de feligreses que acudían a sus misas, por lo que se consiguió la construcción de un nuevo templo en la acera del frente, cuya primera piedra se puso el 22 de octubre de 1916 bajo el ahora arzobispado de Monseñor Joaquín Pardo Vergara. El diseño arquitectónico estuvo a cargo del belga Agustín Goovaerts que había sido traído por la gobernación de Antioquia para el diseño del Palacio de la Gobernación (hoy Palacio de la Cultura Rafael Uribe Uribe) y otras edificaciones de la ciudad.
Placa conmemorativa primera piedra edificación del nuevo templo, en el año de 1916
Fotografía del nuevo templo ya terminado en la actual ubicación
Dos de las placas de los pilares conmemoran las fechas de la erección en parroquia y de la postura de la primera piedra para la construcción del nuevo templo, y una tercera placa trae la lista de los presbíteros que habían sido párrocos hasta el centenario de la parroquia (1898-1998) celebrado antes de finalizar el siglo XX. Los meses se indican en números arábigos.
Placa con la lista de los párrocos desde la erección hasta finalizar el siglo XX[Lista de párrocos:
Pbro. Félix Antonio Urrea O.
Del 04-1898 al 04-1910
Pbro. Luis Fernández L.
Del 04-1910 al 01-1911
Pbro. José María Gómez G.
Del 01-1911 al 10-1922
Pbro. Nicolás Ochoa L.
Del 10-1922 al 06-1934
Pbro. Luis Pérez Molina
Del 06-1934 al 16-1944
Pbro. Manuel José Betancur Campuzano
Del 10-1944 al 18-1949
Pbro. Darío Londoño Londoño
Del 08-1949 al 01-1972
Pbro. Domingo Rivera García
Del 01-1972 al 12-1976
Mons. José Salazar B.
Del 12-1976 al 07-1979
Mons. Tulio Herrera Hoyos
Del 07-1979 al 05-1980
Pbro. Alfonso de Jesús Vásquez Benjumea
Del 05-1980 al 02-1982
Pbro. Rafael Henao Rivera
Del 03-1982 al 08-1986
Pbro. Julio César Arango R.
Del 08-1986 al 01-1988
Mons. Tiberio Berrío López
Del 02-1988 al 11-2004]
Aparte la mencionada placa, en el siguiente blog se encuentra una galería de fotografías con la mayoría de estos párrocos, complementada por los que lo han sido ya en el siglo XXI:
https://pnsda.blogspot.com/p/nuestros-parrocos.html
Pbro. Abelardo Enrique Hoyos Gómez
Del 2004 al 2011
Pbro. Álvaro Ángel Guzmán
Del 2011 al 2013
Mons. Iván Darío Giraldo Restrepo
Del 2013 al 2019
Pbro. Juan Manuel Bustamante Valencia
Del 2019 hasta la actualidad (enero de 2022)
Tres de los párrocos tuvieron el título honorífico de Monseñor, que se concede a los denominados canónigos o prelados domésticos de Su Santidad, en la estructura jerárquica de la Iglesia.
Aparece allí el nombre del Pbro. Manuel José Betancur Campuzano, que de allí pasó a ser nombrado párroco de la iglesia de Nuestra Señora del Sagrado Corazón en el barrio Buenos Aires, en reemplazo del padre Lope Duque Villegas. El padre Betancur, a su vez, fue reemplazado en Buenos Aires por el padre Fernando Gómez Mejía, célebre por los sermones de su Hora Católica en la programación radial de mediados de los años cincuenta.
Al padre Félix Urrea O., que en otras partes es citado como Félix Urrea H., le correspondió asumir como primer párroco en el año de 1898, pues hasta el momento en la capilla se celebraban las misas por parte de curas de las parroquias de Belén y de Robledo que se alternaban en la atención a esta feligresía.
Al padre José María Gómez G. le correspondió la postura de la primera piedra en el año de 1916 para la construcción del nuevo templo en reemplazo de la antigua capilla.
Monseñor Tiberio Berrío López estuvo al frente de las celebraciones del centenario de la erección como parroquia.
En el terreno de la antigua capilla se levantan hoy un pequeño centro comercial y una sucursal del Bancolombia, mientras que en el de la esquina, que ocupó el primer Teatro América, se levanta el casino Ástor de juegos de azar. En ese lugar no hay carrera 85, pues la de la actual iglesia es la carrera 84, y la del casino es la 86.
En la búsqueda de datos para hacer esta nota, me encuentro con una curiosidad, según comentario insertado por quien se identifica como Oskar:
https://co.latinoplaces.com/antioquia/iglesia-la-america-282548
[Oskar
26 octubre 2019
Buena iglesia en Medellín, ubicada sobre la avenida San Juan, allí se realizó la misa de exequias de la Santa Madre Laura, y allí se encuentra el acta]
La Santa Madre Laura Montoya falleció en el convento de Belencito, jurisdicción en ese entonces de la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores del barrio La América, el día 21 de octubre de 1949. Su espíritu, pues, estuvo deshaciendo pasos por estas naves que recorren nuestros ojos en la actualidad.
ORLANDO RAMÍREZ-CASAS (ORCASAS)
No hay comentarios:
Publicar un comentario