Ref.: Programa “Superstorm” de Discovery Channel
Al hombre le gusta jugar a ser Dios y Él lo deja que juegue un poco, pero sin que se salga de su control. A muchos les gusta llamarlo “Madre Naturaleza”. Es cuestión de apreciaciones. Dos que consiguieron transformaciones sustanciales se arrepintieron de sus logros: Alfred Nobel, el inventor de la dinamita, es uno. Albert Einstein, que condujo a la bomba atómica, es el otro. El hombre siempre encontrará la manera de usar el martillo no para clavar puntillas sino para darle en la cabeza al vecino. Es nuestra naturaleza.
He visto en Discovery Channel dos programas de la BBC, íntimamente relacionados. Un documental, naturalmente basado en hechos reales, que muestra cómo las autoridades rusas después del estallido de la planta atómica de Chernobyl usaron la aviación para bombardear nubes con yoduro de plata y producir vientos que se llevaran la nube radiactiva hacia otro lugar, salvando a Moscú y a Petrogrado de una tragedia. Muy loable. Sólo que ese otro lugar resultó ser Bielorrusia. En este país la cantidad de niños, adultos, y ancianos deformes, con cáncer, con secuelas desastrosas, es infame. Los científicos denunciantes del hecho (únicos que tenían por qué conocerlo), están escondidos y amenazados de muerte. Es que a los políticos no les importa hacer lo que sea, siempre y cuando no los descubran.
Basado en esos hechos, utilizando la misma información científica, se hizo una película estilo Hollywood que es ficción, claro, pero perfectamente posible. Posible, puesto que ya sucedió. Posible, puesto que puede volver a suceder:
En esta película, con posterioridad al huracán Katrina en la siguiente temporada de huracanes, los científicos predicen que uno que se ha formado va rumbo a Miami y va a causar una catástrofe. Un Senador hace uso del poder político para conformar un equipo de científicos que busque soluciones para palear el peligro, y el equipo descubre la posibilidad de meter un bombardero en el ojo del huracán y rociarlo con partículas de carbono que conviertan cargas de agua de baja densidad en cristales de lluvia y se genere un “contrahuracán” que desvíe el fenómeno inicial y lo regrese al mar, salvando a Miami del desastre. Muy loable. Aunque en la trayectoria de desvío están Cuba, Puerto Rico, Haití, y República Dominicana, su destrucción sería un mal menor (esta conclusión es mía, leyendo entre líneas). El huracán logra ser desviado con el método propuesto, sólo que para poner en peligro a Nueva York, por lo que es desviado nuevamente y causa destrucción en Long Island y periféricos. Un mal menor (para los que no son habitantes de Long Island). El político se echa flores ante cámaras por ser el salvador, cuando lo que hizo a conciencia fue atentar contra la vida de miles de personas.
Es posible que el hombre logre dominar algunas fuerzas de la naturaleza de manera parcial. Pero, como dijo alguien, no vuela una mariposa en el Perú que con su aleteo no genere una ventisca en el África. El universo está conectado. Siglos han pasado y siglos pasarán en que los hombres debatan la existencia de Dios. Yo no soy zoólogo, pero supongo que, para las hormigas, los elefantes no existen.
ORLANDO RAMÍREZ-CASAS (ORCASAS)
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