domingo, 25 de junio de 2017

210. Margarita Cueto, Desesperación con El Alma en los Labios

–MEDARDO ÁNGEL SILVA, RAFAEL HERNÁNDEZ, 
Y CARLOS CRESPO–

–En parte estas informaciones me llegaron en unos correos de don Jaime Rico Salazar–

1. SUICIDIO

Las canciones que tienen que ver con el tema del suicidio son más de treinta, incluido ese “Triste domingo” (con cien flores blancas) al que se le atribuye la instigación de muchos suicidios de cuya lista hace parte el propio compositor. En la lista de doña Wikipedia no están las más de 25 canciones raperas que con el mismo tema trae el Sr. You Tube. No hablaremos de todas, pero oigamos algunas, como “Suicidio”, el bolero del mexicano Carlos Crespo (Carlos Antonio Cafuentes Olguín), nacido en 1913 y fallecido en 1990; autor también de boleros como “Hipócrita”, “Carta fatal”.

–“Suicidio” (“Perdóname, amor mío, pero no puedo más. Voy a matarme… Adiós, vida ingrata, ¡Pum!”), bolero con letra y música de Carlos Crespo, en interpretación de Johnny Albino y su trío San Juan)–

https://www.youtube.com/watch?v=JotoceQdB-I

Aquí se presenta el caso de un hombre tan enamorado que es incapaz de vivir sin el amor de la mujer que quiere.

2. ME VOY A QUITAR LA VIDA, ÓYELO BIEN

Al regresar de Centroamérica a Medellín Pelón Santamarta administraba el “Café Chapinero” en la carrera Carabobo por la Curva del Bosque, cuando el poeta Miguel Agudelo Zuluaga, cuñado de don Efe Gómez, se acercó a él con unos versos para que los vistiera o pusiera ropaje musical. Allí surgió el bambuco “Antioqueñita” (… del jardín de Colombia la más bonita).

Miguel Agudelo tenía un hijo, David, que era trabajador de Fabricato y había sido dejado por una novia de nombre Ligia. Un día en que la muchacha entró al Teatro Junín con su nuevo novio del brazo, para ver la película “Fusileros sin balas” de Laurel y Hardy, fue seguida por David quien al verla acompañada del otro no pudo soportarlo y poniéndose un revólver en la sien se suicidó. En el velatorio de la sala de su casa el poeta Miguel, contemplando el ataúd, exclamó: “Me dicen que tus amores /te llevaron a la fosa. /Es mejor morir de amor, /que de cualquier otra cosa”.

Así es que a David Agudelo, el hijo de Miguel, le salía la letra de “Me voy a quitar la vida, óyelo bien, y sabes que me la quito por tu querer… pues si ya no me quieres, ¿Para qué vivo?”. 

–“Desesperación” (Me voy a quitar la vida, óyelo bien, y sabes que me la quito por tu querer… Y si ya no me quieres, ¿Para qué vivo?), bolero son de Rafael Hernández, en interpretación de Margarita Cueto con Juan Arvizu)–

https://www.youtube.com/watch?v=y3cJ2YlYzgk

3. TE LLEGARÁ MI ETERNA DESPEDIDA, Y TÚ NI LLORARÁS POR MI PARTIDA

Margarita Cueto y Carlos Mejía interpretaron otro pasillo con el tema que nos ocupa, y es el titulado “La carta del suicida”, un pasillo de la autoría de los colombianos Roberto Muñoz Londoño y Eusebio Ochoa. 

–“La carta del suicida” (“Adiós perjura, ingrata; adiós, traidora… /En esta carta, que nadie ha de leerte, /te llegará mi eterna despedida… /y tú ni llorarás por mi partida”), pasillo con letra de Roberto Muñoz Londoño y música de Eusebio Ochoa Isaza, en interpretación de Margarita Cueto con Carlos Mejía)–

https://www.youtube.com/watch?v=5K5Ez-_kgqM

Como dijo Miguel Agudelo, “Es mejor morir de amor, que de cualquier otra cosa”.

4. EL DÍA QUE ME FALTES, ME ARRANCARÉ LA VIDA

La cantante mexicana Margarita Sánchez Cueto (Margarita Cueto) nació en junio 10 de 1900, y murió en marzo 19 de 1977. El día en que celebraba sus 19 años de vida, el poeta ecuatoriano Medardo Ángel Silva Rodas, de 21, ponía fin a la suya.

Uno de los temas interpretados por Margarita Cueto, acompañada de Luis Álvarez, es el pasillo “El alma en los labios” (que en You Tube aparece en versión acompañada de Carlos Mejía). La letra es un poema del ecuatoriano Medardo Ángel Silva Rodas, cuya vida estuvo marcada por el mes de junio porque nació el 8 de junio de 1898 y falleció el 10 de junio de 1919. Murió muy joven, pero dejó huella, puesto que entre otras obras escribió una novela y dos libros de poemas.

Medardo estaba enamorado de una quinceañera, de nombre Rosa Amada Villegas Morán (poético nombre para una enamorada), cuyos padres la iban a mandar a los Estados Unidos para alejarla de este noviecito que era un poeta pobre, o sea que el pobre hombre llevaba un pecado doble. Medardo ya sabía que ese sería su último encuentro, y se presentó en la sala de la casa de la chica para leerle el poema que acababa de escribir para ella. Sólo alcanzó a leer la primera estrofa, antes de que las lágrimas se atragantaran en su garganta:

–Cuando de nuestro amor /la llama apasionada, /dentro´e tu pecho amante /contemples extinguida; /ya que sólo por ti /la vida me es amada, /el día que me faltes… /¡Me arrancaré la vida!”–.

Medardo terminó de leer la primera estrofa, sacó el revólver que tenía guardado en la pretina, y delante de la aterrada chica se disparó un tiro en la nuca… el 10 de junio de 1919, dos días después de cumplir los 21 años; porque él había nacido el 8 de junio de 1898. 

Ese fue el último poema escrito por Medardo Ángel Silva Rodas; y fue también el primer pasillo compuesto por el músico Francisco Paredes Herrera. 

–“El alma en los labios” (“Cuando de nuestro amor la llama apasionada, /dentro´e tu pecho amante contemples extinguida; /ya que sólo por ti la vida me es amada, /el día que me faltes… /¡Me arrancaré la vida!”), pasillo con letra de Medardo Ángel Silva Rodas y música de Francisco Paredes Herrera, en interpretación de Margarita Cueto con Carlos Mejía)–

https://www.youtube.com/watch?v=7DkOxz7N-Og

Dice el blog Esto es Ecuador oficial.blogspot.com que:

“…La noticia de la trágica muerte del poeta niño Medardo Ángel Silva el 10 de junio 1919 junto a su último poema “El alma en los labios”, dedicado a su amada Rosa Villegas, como un presagio y despedida, fue publicada en los periódicos. Coincidentemente el maestro Francisco Paredes Herrera llega a la peluquería “La Elegancia” de Justo Lucero en la ciudad de Cuenca, se impacta con la noticia, y decide musicalizar este poema que posteriormente llegaría a convertirse en uno de los pasillos más célebres del Ecuador”.


Rosa Amada Villegas Morán logró superar el trauma de la tragedia vivida con el frustrado amor de Medardo, y se hizo maestra. En su lugar de trabajo conoció al también poeta Lauro Dávila (autor de la letra de "Guayaquil de mis amores", con música de Nicasio Safadi), quien se enamoró de ella y la hizo su esposa.

En el restaurante Café de Juan Sibarí en la calle La Ronda de Quito, este pasillo fue interpretado en el año 2012 por el Trío Pambil de los hermanos Cevallos (Navijo, Francisco, y Fabián Cevallos); acompañando a la cantante ecuatoriana Karla Quiñónez Vilela, “Karla Kanora”, en una exquisita versión que les comparto.

https://www.youtube.com/watch?v=NZ3GymNM0oQ

ORLANDO RAMÍREZ-CASAS (ORCASAS)
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El alma en los labios

Cuando, de nuestro amor, 
la llama apasionada 
dentro´e tu pecho amante 
contemples extinguida; 
ya que solo por ti 
la vida me es amada, 
el día en que me faltes… 
¡Me arrancaré la vida!

Porque mi pensamiento 
lleno de este cariño 
que en una hora feliz 
me hiciera esclavo tuyo, 
lejos de tus pupilas 
es triste como un niño 
que se duerme soñando 
en tu acento de arrullo… 
Que se duerme soñando 
en tu acento de arrullo… 

Para envolverte en besos 
quisiera ser el viento, 
y quisiera ser todo 
lo que tu mano toca; 
ser tu sonrisa, ser 
hasta tu mismo aliento, 
para poder estar 
más cerca de tu boca. 

Vivo de tus palabras 
y eternamente espero 
llamarte mía, como 
quien espera un tesoro; 
lejos de ti comprendo 
lo mucho que te quiero, 
y besando tus cartas 
ingenuamente lloro…
Y besando tus cartas 
ingenuamente lloro…

Perdona si no tengo 
palabras con que pueda 
decirte la inefable 
pasión que me devora; 
para expresar mi amor, 
solamente me queda 
rasgarme el pecho, amada, 
y en tus manos de seda 
dejar mi palpitante 
corazón que te adora.

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Desesperación


Me voy a quitar la vida, 
óyelo bien,
y sabes que me la quito 
por tu querer.

Comprendo que tu cariño 
ya lo he perdido
y, si ya no me quieres, 
¿Para qué vivo?...
Y, si ya no me quieres, 
¿Para qué vivo?

A la tumba me llevo, 
como sagrado,
el cariño que tanto 
tú me has negado.

Tú jamás comprendiste 
mi amor profundo,
y por eso te  dejo sola en el mundo…
Y por eso te dejo sola en el mundo.


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