domingo, 11 de febrero de 2018

243. Comunidades educadoras, comunicadoras, y caritativas

–PERCEPCIÓN DESDE MI POSTIGO–


Sintonicé alguna vez un programa de televisión en el que hablaba Darío Silva Silva, el conocido periodista que fue director de TVnoticieros y se alejó del periodismo para hacerse líder y pastor de la Iglesia Cristiana Casa Sobre la Roca, una iglesia evangélica protestante; como se denomina a las iglesias disidentes de la Santa Iglesia Católica, Apostólica, y Romana. Me sedujo la palabra del Reverendo Silva Silva, por la claridad con que explicó sus conceptos sobre el tema tratado. Estudioso teólogo aplicado al estudio de la Biblia, Darío Silva es, a mi juicio, uno de los mejores predicadores que he conocido e, indudablemente, un hombre con amplio dominio de los medios de comunicación modernos como es el de la televisión, que llega a tantos hogares.

“Sanidades físicas y espirituales”,
por el Pastor Darío Silva Silva:


Traigo a cuento al Pastor Silva por su poder de comunicación, pero antes de abordar el tema de las comunicaciones religiosas me referiré a las muchas comunidades o congregaciones de vida consagrada, como las denomina la Iglesia.

La Iglesia Católica tiene, eso se sabe, instituciones de caridad para socorrer a los más necesitados. Entidades como Cáritas, como el Banco de Alimentos, como la Comunicación Cristiana de Bienes, como la Casa de Cristo Sacerdote, como la Acción Católica Arquidiocesana, que son canales conocidos para dirigir la ayuda eclesiástica a los pobres y necesitados (incluidos sacerdotes enfermos, ancianos, y en estado de indefensión), al igual que en Estados Unidos es famoso el Ejército de Salvación, institución cristiana no católica, por el suministro de alimentos a los indigentes callejeros. He aquí algunas de esas obras:


No suelen las instituciones religiosas poner sus finanzas en vitrina ni dejar que los demás escudriñen a su antojo. El secreto las ronda, y por tal motivo Julián J. Lozano, abrumado por la magnitud de la tarea, optó por centrarse en el Colegio Jesuita de Marchena para su tesis de grado en la Universidad de Navarra (España), considerando que tal institución podía tomarse como ejemplo extensible al resto de la comunidad jesuita, y al conjunto de la Iglesia Católica. No pretendo en este artículo hacer un ensayo ni un estudio exhaustivo, y es tan solo una aproximación desde mi visión de hombre del común sobre algunos aspectos relacionados con mi mundo, el mundo que me rodea, en la ciudad de Medellín; y con algunas comunidades católicas, sólo algunas, desde mi propia percepción.

Al hablar de la Iglesia Católica no me referiré, por lo tanto, al Instituto Theodoro Hertzl, de la Comunidad Hebrea; ni al Colegio y Universidad de la Comunidad Adventista, entre otras.

Seguramente otros se hayan ocupado en detalle, elaborando estudios y tesis de grado que no conozco, pero me asalta el temor de que tales estudios estén influenciados de una u otra manera por posturas en pro o en contra de las instituciones estudiadas, que distorsionen sus enfoques y los condicionen a posturas oficiales de una parte, o a posturas antioficiales, de la otra; con intereses creados en uno u otro sentido. Es un tema sobre el que encuentro difícil asumir una postura ecuánime de neutralidad, y difícil apreciar los toros desde la barrera.

La estructura de la Iglesia Católica empieza desde la feligresía, los acólitos y monaguillos, los sacristanes, los laicos que se convierten en ayudantes parroquiales integrando comunidades de apoyo, los seminaristas, los diáconos que reciben órdenes menores, los sacerdotes presbíteros que han recibido órdenes mayores, los vicarios y arciprestes zonales, los obispos y arzobispos consagrados, los prelados domésticos monseñores, los cardenales eminencias, y Su Santidad el Santo Padre. Aunque hablamos aquí de la estructura secular, que se prepara en lugares como el Seminario Conciliar de Medellín; también llegan a formar parte de ella los miembros de comunidades religiosas, de entre las cuales han salido obispos, cardenales, y hasta un Papa como lo es en este momento el Santo Padre Francisco, que proviene de la Comunidad Jesuita.

Hay cualquier cantidad de comunidades religiosas católicas enmarcadas dentro de los “votos de pobreza, obediencia, y castidad”, algunas compuestas de frailes legos pero también con sacerdotes dentro de la orden. Hay comunidades laicas como la Sociedad de San Vicente de Paúl en Medellín; como la muy influyente del Opus Dei, que fundó en España Monseñor José María Escrivá de Balaguer; o la que también fue muy influyente de los Legionarios de Cristo, que fundó en México Monseñor Marcial Maciel Degollado, quien se hizo tristemente célebre cuando se descubrió su pedofilia y acoso sexual a los acólitos, lo que hizo tambalear a altos jerarcas de la Iglesia por encubrimiento, e hizo venir a menos la influencia que su orden tenía en el Vaticano. Están también la Orden de Malta y los Caballeros Templarios en el mundo; y en Medellín los Caballeros y Damas del Santo Sepulcro, cuyo accionar específico desconozco, pero supongo que ejercen una especie de asesoría de apoyo a la administración eclesiástica.

Son muchas las órdenes religiosas de antigua aparición que se remontan a los siglos XV, XVI, y anteriores; y también recién fundadas en el siglo XX como las Hermanas de la Caridad, fundada por Santa Teresa de Calcuta, que trabaja con los más pobres y desprotegidos de la sociedad tercermundista; o la Congregación de Misioneras de María Inmaculada y de Santa Catalina de Siena, fundada por la Santa Madre Laura Montoya Upegui, que trabaja principalmente en la evangelización de los indígenas en lugares apartados de la civilización.

Son tantas, que hay una Secretaría en el Vaticano, la segunda en importancia después de la Secretaría de Estado, que se ocupa de la prefectura, vigilancia, control, y manejo de la copiosa cantidad de comunidades. A estas secretarías se les denomina “Dicasterios”, y este dicasterio se llama “Congregación para los Institutos de Vida Consagrada, y las Sociedades de Vida Apostólica”. Si el nombre es ya complicado, no lo es menos su sigla: CIVCSVA. El actual Secretario es el Arzobispo español José Rodríguez Carballo, de la Orden de los Frailes Menores, OFM; cuya sigla proviene de la expresión latina Ordo Fratrum Minorum.

Cuando hablamos de Franciscanos, Dominicos, Claretianos, Jesuitas, Pasionistas, Eudistas, Redentoristas, Calasanzios o Escolapios de las Escuelas Pías (Scholarum Piarum), Benedictinos, Salesianos, Orden de Carmelitas Descalzos (OCD), Hermanas Carmelitas Descalzas, Agustinos, Salvatorianos, Hijos de la Sagrada Familia de San José de Manyanet, Sacerdotes de Nuestra Señora de la Consolata, estamos hablando de comunidades de la incumbencia de esta Secretaría.

Monseñor Rodríguez Carballo reemplazó al Cardenal alemán Gerhard Ludwig Müller, conservador a ultranza, declarado enemigo de las posturas del Santo Papa Francisco y reconocido encubridor de sacerdotes pedófilos. Para luchar contra estos enemigos que atacan a la Iglesia desde adentro, como si no fueran pocos los que la atacan desde afuera, el Papa Emérito Benedicto XVI se hizo a un lado y permitió que el Cardenal Jorge Mario Bergoglio fuera elegido Papa en su reemplazo, precisamente por considerarse que tenía la suficiente personalidad y fortaleza para enfrentar las poderosas fuerzas que había infiltradas en las más altas esferas en algo que algunos denominaron el lobbygay del Vaticano. Eso para hablar sólo de sexualidad, sin meterse con el asunto de las finanzas en el que han estallado sonoros escándalos. El Santo Papa Francisco ha venido depurando la comunidad eclesial con decisión, y ruego al cielo que le permita cumplir con esa tarea y que sus sucesores sigan la misma línea, para parar la debacle de deserciones de fieles que venía siendo notoria para la Iglesia. Muchos fieles se volvieron anticlericales o descreídos, pero otros fueron a parar a otras confesiones religiosas sólo para descubrir que allá también había pastores, rabinos, imanes, y religiosos pedófilos, de similar índole a los que habían dejado atrás. Tengo la sensación a veces de que muchas sectas o confesiones religiosas se montan con el único fin de ver quién pone mano y administra los diezmos y primicias de la feligresía, que muchos olfatean como perros de presa y se le lanzan en picada antes de que los dineros entren a la caja registradora del feligrés. Un propietario de pequeño negocio conozco “que encontró a Jesús” en los sermones de su pastor, pero éste encontró una mina de plata en los bolsillos del feligrés casi hasta llevarlo a la quiebra a punta de ofrendas prácticamente forzosas. “A pocas vueltas me iba mejor con los curas que por lo menos dejaban a mi criterio la cantidad de dinero que quería aportar como diezmo”, me dijo el desilusionado comerciante.

ALGUNAS COMUNIDADES RELIGIOSAS

Con similar nombre al de las Hermanas de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta, están las antiguas Hermanas de la Caridad que conocimos con sus hábitos y cofias a la antigua en forma de cornetes sobre la cabeza. El nombre es el de Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, que fue su fundador en 1633, y por tal razón también se les llama Hermanas Vicentinas. Son monjas muy meritorias, dedicadas al cuidado de los enfermos, pero no las he vuelto a ver en las clínicas, y no sé si sea por el hecho de que ya no usan el hábito, o por el hecho de que las reformas en los sistemas de salud colombianos las han dejado por fuera de “licitación”. Ese servicio, como todos, tiene un costo que debe ser remunerado, porque de alguna cosa se tiene que sostener la comunidad religiosa que los presta.

Santa Catalina Labouré, de la Comunidad de Hermanas 
de la Caridad Vicentinas, entronizadora de la advocación 
de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa

Las Hermanas de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, como se sabe, se dedican a la atención de los presos en las cárceles, pero también quedaron por fuera de licitación en los reacomodos del sistema nacional penitenciario.

Las Hermanas de la Presentación, también llamadas Dominicas de la Anunciación, bajo la dirección de Monseñor Armando Santamaría hacen parte de los educadores en los Hogares infantiles y Juveniles San José para huérfanos y niños de bajísimos recursos. Su obra fue visitada, y no fue un homenaje gratuito sino el reconocimiento a toda una labor, por el Santo Padre Francisco en su viaje a Medellín en septiembre de 2016.

De hecho las mismas Hermanas de la Presentación, o Dominicas de la Anunciación, empezaron su vida dedicadas a “ayudar a los más desfavorecidos”, acordes con la línea comentada. Fueron fundadas por la francesa Marie Poussepin. Tienen también colegios privados que se sostienen a base de pensiones y matrículas pagas, y se ubican en una franja de estratos socioeconómicos con tendencia a clases más altas que las de interés social. Igual o similar a las de las Hermanas Teresianas, a la de las Monjas del Marymount, o a las Hermanas del Sagrado Corazón (Hermanas Bethlemitas). También las monjas de la Orden de la Compañía de María Nuestra Señora, fundada por Sor Juana de Lestonac, tienen su colegio en Medellín perteneciente a esta categoría. Sus colegios no son para las hijas de cualquier vecino.

En Medellín el Colegio Cumbres, para estudiantes de élite, pertenece a la cadena de instituciones educativas de la Comunidad de los Legionarios de Cristo; y el Gimnasio Los Pinares, de similar categoría, a la Comunidad del Opus Dei.

Las Hermanas Carmelitas, y las Hermanas Salesianas de María Auxiliadora, fundadas estas por San Juan Bosco, se dedican a la enseñanza en escuelas para estudiantes de bajos o pocos recursos.

Las Hermanas Mercedarias del Santísimo Sacramento, y las Hermanas Dominicas de la Congregación Santo Domingo del Colegio de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, atienden la franja intermedia entre el alumnado de élite y el de bajos recursos.

Los Hermanos de las Escuelas Cristianas, fundados por San Juan Bautista de la Salle, tienen en Medellín el Colegio de San José y la Universidad de La Salle; y tuvieron en la primera mitad del siglo pasado varias escuelas para niños pobres entre las que estaban la del Beato Salomón y la Federico Ozanam. Los Hermanitos de María, o Hermanos Maristas, fundados por San Marcelino Champagnat, tienen en Medellín un seminario y colegios en otras partes del país. La Orden de los Predicadores fundó la Universidad Santo Tomás, y los Padres Franciscanos la Universidad San Buenaventura.

Los Padres Salesianos tienen el Colegio Salesiano de El Sufragio (… Sufragio a las benditas ánimas del purgatorio), y el Instituto Salesiano Pedro Justo Berrío, ambos al alcance de estratos socioeconómicos intermedios.

El padre Miguel Giraldo Salazar fundó y sostuvo las Escuelas Populares Eucarísticas, para las clases menos favorecidas.

Las Hermanitas de los Pobres tienen todavía el asilo de ancianos de la calle San Juan, en cercanías del Cementerio de San Lorenzo, pero ya no se les ve prestando el servicio de enfermería y acompañamiento a domicilio, y el de nursería casera, con el que se financiaban y contribuían al sostenimiento de los ancianos pobres. Claro que también está el hecho de que las monjas en la actualidad no usan los viejos y distintivos hábitos, y se han adaptado a usar ropa de calle; discreta, pero ropa de calle al fin y al cabo, que las camufla dentro del resto de la población.

Monja con hábito a la antigua, 
y monja a la moderna

Los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios vieron disminuir notoriamente sus vocaciones, y también vieron disminuir el número de sus miembros. En consecuencia, vendieron muchos de los bienes que eran patrimonio de la comunidad, y conservan unas pocas clínicas que han entregado a la administración de terceros con el resultado de que algunos de estos terceros han sido más buenos para administrar en beneficio de su propio bolsillo que en el de la comunidad que los contrató. A pocas vueltas eran mejores los hermanos como malos administradores, pero honrados; que los administradores de la calle metiendo mano en los balances de pérdidas y ganancias de la Comunidad.

Los padres de la Comunidad de San Juan Eudes, Eudistas, han estado activos en los campos de la educación, la comunicación, y la caridad. El mini tvprograma del Minuto de Dios, fundado por el Padre Rafael García Herreros, empezó siendo un momento publicitario para promover el apoyo a su obra consistente en regalar mercados a familias pobres, pasó luego a la construcción de casas y barrios enteros para estas familias, y ahora es una entidad que ha incursionado también en el campo de la educación con la Universidad Minuto de Dios que, siendo privada, está orientada principalmente a estudiantes de bajos recursos.

Hay un número importante de instituciones educativas bajo la orientación de la Arquidiócesis de Medellín, supervisadas por la Delegación Arquidiocesana para Comunidades de Vida Consagrada, y tienen orientación arzobispal la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB) y el Colegio e Institución Universitaria Arzobispo Tiberio de J. Salazar y Herrera. El Colegio de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, contiguo a la iglesia de Nuestra Señora del Sagrado Corazón en el barrio Buenos Aires; y la Normal Superior Antioqueña de Señoritas en el mismo barrio, son instituciones ligadas a la Arquidiócesis, lo que puede deducirse del hecho de que aparecen en una lista de párrocos, rectores, y directores de instituciones nombrados por decreto o resolución del Sr. Arzobispo en el año 2011 donde aparecen:

“50. Se nombra a la Dra. Gudiela Irene Eusse Saavedra rectora encargada del Colegio de Nuestra Señora del Sagrado Corazón (Decreto 199 N11, 21 de julio de 2011).

51. Se nombra a la Dra. Gudiela Irene Eusse Saavedra rectora encargada de la Escuela Normal Superior Antioqueña (Decreto 199 N11, 21 de julio de 2011)”.


https://issuu.com/arqmedellin/docs/decretos_nombramientos_p_gina_web

LA COMUNIDAD JESUITA

Los Jesuitas, como tales, son fuertes en el establecimiento de colegios privados de enseñanza secundaria, y fuertes también en universidades prestigiosas, como la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá; y algunos observadores han considerado esta comunidad como una multinacional muy adinerada y con un patrimonio económico bastante alto, aunque no aparezca al alcance del lector común un estudio serio que demuestre tal cosa, y sí panfletos venenosos y calumniosos contra una orden que en siglos pasados fue víctima en Colombia de persecuciones, expulsiones, y confiscaciones por parte de entes gubernamentales. De todos modos, la Compañía de Jesús es a nivel mundial una institución con un poder tan fuerte que en algún momento el español Padre Pedro Arrupe, que era su superior general, fue llamado “El Papa Negro”, como alusión al color de su sotana, y porque sus posturas radicales fueron una especie de piedra en el zapato para su Santo Papa de turno, que vestía de sotana blanca; poniendo en tela de juicio aquello de si los votos de obediencia en su caso sí eran tan contundentes; circunstancias que llevaron a un guasón a concluir que: “Si esos son los votos de pobreza… ¡Cómo serán los de castidad!”. Chistes aparte, es la suya una institución que ha sabido aunar a la actividad religiosa una puesta en práctica de administración y gerencia que es modelo para muchas instituciones religiosas, y también para muchas instituciones laicas, llegando a justificar el dicho de que “la envidia es mejor despertarla que sentirla”. Es el suyo un modelo de administración envidiable.

Dice el Papa Francisco que: “Lo que me atrajo de la Comunidad Jesuita fue su vocación misionera”. Acorde con eso, ya era sacerdote cuando pidió a su Superior General, el Padre Arrupe, que lo enviara a las misiones en el Japón. Arrupe fue misionero en este país por los días en que estallaron las bombas de Hiroshima y Nagasaki, pero le negó el permiso: “Con sus problemas de salud, es mejor que permanezca en Argentina donde es más útil”. No le faltaba razón al Padre Superior, puesto que a los 21 años de edad este hombre había sufrido de una infección pulmonar, una tuberculosis, que en 1969, diez años después, obligó a que se le extirpara el lóbulo superior derecho del pulmón, y eso hacía de él un hombre de salud precaria. Esta salud precaria, en un hombre de trato bondadoso pero de fuerte personalidad, no impidió que él llegara a ser Arzobispo, y luego Cardenal, y luego Papa. Ni ha impedido que en cumplimiento de su exigente labor emprenda muchos viajes en jornadas agotadoras que, a pesar del cansancio, le exigen ir por todos lados mostrando una sonrisa que no es falsa sino genuina, porque sale de adentro en un hombre que ejerce su tarea con amor y convicción. Dice el padre jesuita Vicente Durán Casas en artículo de la Revista Semana publicado el 14 de agosto de 2017 que: 

A San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía, le correspondió vivir en medio del siglo XVI una época particularmente difícil en la historia de la Iglesia, en la que no pocos sacerdotes y obispos vivían o aspiraban a vivir como príncipes mundanos que emulaban a los señores de este mundo; por eso quiso que la mínima Compañía fundada por él se concentrara en servir a fieles e infieles, de tal modo que organizó todo para que ningún jesuita asumiera en la Iglesia cargos de autoridad y gobierno. Así las cosas, si algún joven con vocación sacerdotal cultiva en su interior expectativas de alcanzar dichas dignidades, hacerse jesuita equivaldría a emprender el camino equivocado”.


Es así como este hombre, consecuente con tal enunciado en la vocación de servicio de su Orden, ha dado muestras de ejercer un estilo de gobierno sobrio desafecto a palacios y vehículos lujosos. Ese es su estilo genuino, auténtico, a pesar de la opinión de muchos de afuera de la Iglesia que preferirían verlo viviendo en un tugurio debajo de algún puente; y de muchos de adentro de la Iglesia que preferirían verlo viviendo en un palacio, para así validar los lujos y excesos acostumbrados por ellos. En cuanto a su propio estilo de vida, y consciente de que su dignidad papal y de jefe de Estado le exige una adecuada presentación, el Papa Francisco tiene costumbres dignas, pero contenidas, alejado de excesos y demostraciones suntuarias. Es el suyo un estilo de encendedor de velas en altares caseros: “Ni tan cerca que queme al santo, ni tan lejos que no lo alumbre”. 

COMUNIDADES RELIGIOSAS EN 
LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN


Durante años el periódico L´Observatore Romano y la Radio Vaticana fueron los órganos oficiosos de la Curia Vaticana, y por estos lados se conocieron el periódico El Obrero Católico, la revista Misiones, y el programa radial La Hora Santa del padre Fernando Gómez Mejía. Hay en la actualidad una Emisora Mariana en Bogotá, y alguna otra en Medellín dirigida por confesiones evangélicas protestantes. También estuvo la Radio Sutatenza fundada por Monseñor José Joaquín Salcedo Guarín, que no solo era un medio radial de educación campesina sino un medio de orientación cristiana y católica.

Los tiempos modernos han traído nuevos enfoques. Aunque de tiempo atrás ya existían las Hermanas de San Pablo o Hermanas Paulinas, en el campo de la comunicación, dedicadas a surtir sus librerías con libros e impresos de orientación católica, han hecho su aparición otras religiosas enfocadas hacia los audiovisuales y la televisión. La madre Gabriela del Amor Crucificado (Gabriela Delgado Aldana) es una atractiva y alegre joven bumanguesa que renunció a los placeres del mundo, del demonio, y de la carne; y encontró en la comunicación social el campo de acción para su pastoral. Fundó la Comunidad de Comunicadoras Eucarísticas del Padre Celestial, que se ocupa de filmar videos, cortometrajes, y otros formatos para la televisión audiovisual centrados en la divulgación del pensamiento oficial de la Iglesia Católica.

En los Estados Unidos la Madre Angélica (Rita Antoinette Rizzo), religiosa clarisa, vio la necesidad de fundar un canal de televisión en consonancia con el Vaticano, convirtiéndose ella misma en predicadora atinada y apreciada. Su canal tiene el nombre en inglés de Eternal World Television Network (Canal de la Red de Televisión Mundial Eterna), y es conocido por su sigla de Canal EWTN.

El periodista presentador Alejandro Bermúdez de este canal entrevistó para el programa “Cara a Cara” a Monseñor José Ignacio Munilla Aguirre, obispo de San Sebastián en España, porque se ha hecho conocido por ser un obispo mediático, especializado en hacer pastoral y divulgar sus mensajes por las redes sociales como Twitter, Instagram, y Facebook. Dos decenas de voluntarios le colaboran en esa labor que él tiene clasificada por edades: 

Los tuiteros están en edad cercana a los veinte años, los instagrameros se ubican por la treintena, y los facebookeros en promedio pasan de los cuarenta”.

Según la edad de los destinatarios, es el tono del mensaje que sólo en explicaciones de la doctrina católica y del catecismo actual lleva más de mil horas de grabación montadas en su página web (www.enticonfio.org), amén de homilías, charlas, conferencias, en las que el obispo aclara diferentes tópicos para una audiencia perteneciente al 6º continente, un continente global intangible, sin fronteras. El obispo tiene también programas de radio y de televisión. 

Por el promedio de edad de los destinatarios, Twitter es caníbal, agresivo; mientras que Facebook es más amable, más reflexivo”. 

Y hace una curiosa observación: 

“Los periodistas que andan a caza de noticias, consultan más a Twitter, y se basan más en él, que en las otras dos redes sociales”. 

Pero también aclara que: 

“Instagram es un mundo que se basa en imágenes más que en palabras”. 

Opina él que: 

“Los que hacen consultas generales acuden a estas tres redes, pero los que tienen consultas muy personales prefieren acudir al correo electrónico enviándolas a mi dirección email”.

A continuación agrega que: 

Se trata de ejercer mi pastoral en la formación de criterios de discernimiento, que permitan luego replicar la aclaración de dudas a otras personas. Educamos en los contenidos de la fe, en enseñar a orar, en ayudar a la solución de problemas. Recomendamos, e insistimos, en que cada quien se busque un orientador, un director espiritual que todos necesitamos porque uno es más bueno para ayudar a los otros que para ayudarse a sí mismo. Dios nos da luz para los demás, pero no quiere que nos sintamos autosuficientes o soberbios. La confesión es un acto de humildad”.


Un orientador, un consejero espiritual, es una figura a la que acuden muchos políticos y de otros ámbitos que nombran asesores o “consigliere di famiglia”, aplicando intuitivamente el hecho de que es más prudente recibir consejos de otros que aconsejarse a sí mismo.

Los jesuitas dieron origen a dos instituciones ad látere que son ASIA Ignaciana de Medellín (Antiqui Societatis Iesu Alumni, o Sociedad de antiguos alumnos de la Compañía de Jesús en el Colegio de San Ignacio de Loyola), y la Congregación Mariana de Medellín. Esta última, también formada por antiguos alumnos ignacianos, nació con el objetivo de prestar servicios y hacer obras para los más desfavorecidos; pero fue evolucionando y a los antiguos dispensarios médicos e incipientes consultorios de medicina y odontología siguió, a medida que fueron fortaleciéndose financieramente, el establecimiento de dos bien reputadas clínicas de la ciudad, entre ellas la Fundación Cardiovascular Santamaría; la creación de varios lugares de consultorios en barrios descentralizados de la ciudad; como también la apertura de varios laboratorios para la toma de muestras y exámenes de apoyo clínico. A medida que pasó el tiempo fue diversificándose y subdividiéndose en distintas unidades de negocio, buscando hacerlas autosostenibles, y se amplió a un canal de televisión con oferta de servicios a la audiencia cautiva como conferencias, retiros espirituales, viajes de peregrinación a lugares santos, agencia de compraventa de bienes inmuebles, venta de artículos y suvenires religiosos, concesión de espacios publicitarios de televenta de productos naturistas, y otros ofrecimientos; de los cuales es dable suponer que producen unos réditos por su eficiente administración y que, por tratarse de una entidad sin ánimo de lucro, esos beneficios redundan en favor de las obras sociales de la Congregación, una organización que tiene entre sus obras el Colegio VID en el barrio Córdoba, una entidad educativa de carácter privado; y también el Colegio Santa María de la Paz, que hace parte de la diversidad de intereses de acción de esta Corporación que antes llevaba el nombre de Vida, como decir el Tv canal Tele Vida, pero cambió su nombre por Tele Vid. 

No sé si se trate de uno de esos conflictos que se generan por el uso de un nombre comercial que ya había sido registrado por otra entidad (he notado que hay un par de entidades médicas que llevan el nombre de Clínica Vida, que son de propiedad privada, no religiosa). Suponía yo que la sigla VID significaba algo así como “Ver, Integrar, y Dar” o “Visión, Integración, y Desarrollo”; pero pregunté a algunos empleados que no supieron decirme lo que significa. Es posible que lo que movió a su director, el padre Roberto Jairo Arango Londoño, a proponer ese cambio fuera el hecho de que la palabra “VID” sugiere un arbusto con muchas ramas o sarmientos productivos, que permite la elaboración de un buen vino si las uvas son de buena cepa; y lo visualmente atractivo de la palabra VID en la que la I parecería ser la silueta de un hombre escoltado por la V de vida y la D de desarrollo. Claro que estas son elucubraciones mías, porque no pude encontrar una respuesta oficial o sustentación al cambio de nuevo nombre. 


Hay un sacerdote antioqueño que se ha hecho conocido gracias, en parte, al canal Tele Vid. Se trata de un sacerdote escolapio, que fue rector del Colegio Calasanz de Bogotá, Padre Provincial de la Comunidad en Colombia y Ecuador, y rector de la calasanzia Universidad Cristóbal Colón de Veracruz en México. Es el padre Juan Jaime Escobar Valencia, que se convirtió en un exitoso conferencista, inicialmente en los colegios para los alumnos y padres de familia, y luego en los eventos programados por el tvcanal Tele Vid. Tres cosas lo caracterizan. En primer lugar, una facilidad de palabra y expresión que llega al público asistente. En segundo lugar, un carisma personal que apoya su forma de decir las cosas. Y, en tercero, es un constante observador del comportamiento de las gentes y, aplicando la sicología, lo traslada a sus conferencias mediante el uso de las mismas expresiones coloquiales de los grupos y personas observadas para tener más aceptación de su mensaje por parte de la audiencia. Es un mago de las comunicaciones.

“Retos de la familia del siglo XXI”, por el padre Juan Jaime Escobar Valencia:


CONCLUSIÓN

Mi convicción, producto de mis observaciones de toda la vida, es que la nuestra y muchas iglesias son ricas por los tesoros que poseen, como decir tasar en precios del mercado de subastas la Capilla Sixtina, pero que no son convertibles en dinero líquido, y por lo tanto no pueden ser vendidos para dar gusto a los críticos que quieren hacer tal cosa “para que hagan escuelitas y den de comer a los pobres en ollas comunales callejeras”. Las cosas no son tan simples, y los que se escudan en ello para eludir el llamado a ser caritativos y misericordiosos con los necesitados, son los mismos que aducen que tales responsabilidades no son asunto propio sino que deben ser del Estado. Lo que están haciendo es parapetar sus bolsillos, y hacerse los de la vista gorda con las necesidades del prójimo. Mal que bien, con todos los defectos que pueda tener la estructura eclesial de la Santa Iglesia Católica, Apostólica, y Romana –de inspiración en la Bondad Divina pero de administración con las flaquezas humanas– ha demostrado a través de los siglos ocuparse de las necesidades de los pobres proporcionándoles techo, alimentación, y educación. Si tales actividades eclesiales no existieran, el desamparo de los pobres sería total porque los críticos han demostrado ser más buenos para criticar que para dar. No conozco ninguna institución que se denomine “Ateos por el servicio de los pobres”. Ninguna. La inspiración de cumplir con las Obras de Misericordia es una inspiración divina, muy propia de las Iglesias Cristianas, que tienen a Jesucristo como su inspirador; con excepciones neutrales y no confesionales como la de la Cruz Roja o la Media Luna Internacionales, pero que son más la excepción que la regla en el asunto de compartir lo que se tiene con los más necesitados.

Es esta una aproximación superficial desde mi óptica como único y simple observador, y quien desee profundizar podrá dirigirse a la Delegación correspondiente en la Arquidiócesis de Medellín para obtener información menos precaria que esta de la que yo dispongo.

Soy consciente de que cada lector tiene sus propios criterios y opiniones, que podrán ser divergentes de los míos; pero reitero que mi propósito con este artículo es solamente el de exponer mi punto de vista, sin someterme a foros de polémicas o controversias en contrario, de dudosa conclusión final.

ORLANDO RAMÍREZ-CASAS (ORCASAS)


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