domingo, 5 de enero de 2014

5 Tres estrellas en Berlín (Netrebko-Schrott-Kaufmann)

Desperté a mediatarde en el hastío dominical en el momento en que del cielo se soltaba un aguacero. Me había dormido con el televisor prendido en sintonía del canal universitario Zoom, y en este momento pasaban un concierto del canal 15 UCR de la Universidad de Costa Rica con arias de la ópera Elíxir de Amor de Gaetano Donizetti interpretadas por la soprano costarricense Sofía Corrales, el tenor Ernesto Rodríguez, y el barítono William Hernández. El concierto finalizó con el tenor interpretando un aria que me sonó conocida.

Adorada barquera, /toma el oro y abandónate a mi amor. /Este es pasajero, y ligero vuela, / pero aquel es pesado, y siempre se queda… /El Dr. Dulcamara, en toda arte es profesor” (Felice Romano).

Creo que todos los de mi generación cantamos desde niños esta aria, sólo que la cantamos con otra letra y no sabía que perteneciera a la ópera de Donizetti:

Barcarola”, aria perteneciente a la ópera “Elíxir de amor”, con música de Gaetano Donizetti y texto de Felice Romano:

Cierro los ojos y me parece verme cuando cursaba en el kínder el año preparatorio para ingresar a la escuela primaria y haciendo parte del coro que cantaba: “Cual bandada de palomas /que regresan al vergel, /hoy volvemos a la escuela / anhelantes de saber. /Ellas vuelven tras el grano /que las ha de sustentar, /y nosotros tras la idea /que es el grano intelectual” (Virgilio Dávila).

Vuelta a la escuela”, poema infantil con letra del puertorriqueño Virgilio Dávila y música adaptada del aria “Barcarola” perteneciente a la ópera “Elíxir de amor”, de Gaetano Donizetti:

En cambio, así no hayamos oído completa la ópera de Donizetti, sí hemos oído incontables veces el aria más conocida de esa ópera:

Una furtiva lagrima”, aria perteneciente a la ópera “Elíxir de amor”, de Gaetano Donizetti:

Su melancólica música no esconde propiamente una triste letra sino el canto triunfal de quien es correspondido en el amor: “Una lágrima furtiva /vi brotar de sus ojos… /¡Me ama, me ama, /lo veo, lo veo! /Un solo instante sentí /el palpitar de su corazón /¡Oh, cielo; ay, cielo! /Se puede uno morir de amor. /Sí, ya puedo morir, puedo morir, /puedo morir de amor” (Felice Romano).

El teatro de la Universidad de Costa Rica es un teatro pequeño, recogido, y las caras de los músicos de la orquesta, con facciones indígenas en algunos casos, bien podían ser las caras que se ven entre nosotros al punto que me demoré para saber, y tuve que preguntarle al Sr. Google, de dónde era esa orquesta y esa presentación de los tres artistas que había en escena.

Lo que me lleva a otro concierto que vi en el TVcanal Film & Arts a mediados de la semana pasada. Un montaje grandioso que se denominó “Tres superestrellas en Berlín” y fue presentado con la soprano rusa Anna Netrebko, su esposo el bajo barítono uruguayo-alemán Erwin Schrott, y el tenor alemán Jonas Kaufmann. El matrimonio Schrott Netrebko se presentó en el teatro Julio Mario Santodomingo de Bogotá en julio del año pasado. En el concierto de Berlín las tres estrellas estuvieron acompañadas por la Orquesta filarmónica de Praga dirigida por el italiano Marco Armiliato, un director que hizo sus primeros pinos en América del Sur y que se elevó a las grandes ligas sinfónicas cuando el director y el tenor principal de un concierto programado por la Asociación tenerifeña de amantes de la ópera (ATAO) abandonaron la orquesta y Armiliato, que era apenas un auxiliar, se ofreció para dirigir. Casi no le creyeron, pero lo aceptaron obligados por la necesidad y obtuvo un triunfo absoluto. El concierto de Berlín se realizó en el Teatro del Bosque, de Berlín (Berliner Waldbühne), un teatro al aire libre en el que me sorprendió la inmensa asistencia que llenaba las graderías y asientos hasta los topes en su capacidad para acoger a 22.000 espectadores. Ignoro los detalles técnicos y logísticos, y la impresionante ingeniería de sonido requerida para que la acústica fuera impecable, pero eso de conseguir que veintidós mil personas paguen entradas para la ópera es algo que por estos lados ni siquiera imaginamos. Fue una presentación monstruosa en términos admirativos.


El formato inaugurado por los famosos “Tres tenores” (Pavarotti, Carreras y Domingo) en las Termas de Caracalla en Roma, fue un formato exitoso que se ha venido repitiendo y sirvió de inspiración al grupo juvenil de Il Divo.

Pues bien, para finalizar la gala lírica en el concierto de las “Tres superestrellas en Berlín”, el barítono uruguayo Schrott se dejó venir con un tango cantado en español, que la orquesta acompañó con inclusión de un bandoneonista. Se trata de un tango un poco astorpiazzolliano titulado “Rojo tango”, que es composición del argentino Pablo Ziegler y en esa tarde alegró los oídos europeos:


 





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