En días pasados vimos un concierto del intermezzo de la zarzuela "Las Bodas de Luis Alonso" (de Borbón), con libreto de Javier de Burgos y música de Gerónimo Giménez, en el que la solista Lucero Tena se luce tocando las castañuelas, un instrumento poco convencional para actuar como solista. Lo hizo magistralmente, acompañada de orquesta dirigida por Luis Enrique García Asencio:
Hablando de instrumentos poco convencionales, hemos hablado de los silbidos. Para ustedes, que tienen la habilidad de silbar con facilidad, los silbidos no tienen ninguna gracia; pero para mí, que soy negado para chiflar a una chica bonita que pasa por la esquina, o para parar un taxi a la salida del teatro; esa habilidad despierta toda mi admiración. Ya he hablado de que conozco algunos que silban bien; y de que Kurt "el curro" Savoy (Francisco Rodríguez Muñoz) silba como un canario, pero no es de las Islas Canarias. Nació en el municipio de Andújar, de la provincia de Jaén, en Andalucía (España). Silba con partitura, y pertenece al exclusivo club de la Asociación de Silbadores Mundiales (ASM), de nivel profesional, que él fundó y cuyo número de miembros calificados para pertenecer no supera la docena. Creí por mucho tiempo que él era el que silbaba en las películas italianas tipo oeste norteamericano denominadas Western Spaghetti de Sergio Leone, musicalizadas por Enio Morricone. Pero no, no era él sino John O´Neil en “El bueno, el malo, y el feo”, y Alessandro Alessandroni en “La muerte tenía un precio”. Él sólo se aprendió los silbidos para incluirlos en su repertorio junto con el silbido de “El puente sobre el río Kwai”, que es la melodía de la anglomilitar “Marcha del coronel Bogey”, silbada por Mitch Miller para esta película. Me temo que la lista de buenos silbadores ha venido ampliándose, incluida aquella chiquilla asiática que ganó un concurso con una pieza de la música clásica silbada impecablemente:
http://www.youtube.com/watch?v=x4TSAEI-Cbo
En este enlace puede oírse el vals “Ondas del Danubio”, del rumano Joseph Ivanovich, interpretado magistralmente con silbido y orquesta, pero ignoro el nombre del silbador y el nombre de la orquesta:
http://www.youtube.com/watch?v=syvstUzDiJw
Por otra parte, estuve buscando el vals “Sobre las olas”, de Johann Strauss II; pero, contrariamente a lo que se cree, en el repertorio de composiciones de Strauss ¡No hay ninguna obra con ese título!
http://es.wikipedia.org/wiki/johann_Strauss_(hijo)
El famoso compositor del vals “Danubio azul” tiene en su haber una opereta mastozoóloga titulada “El murciélago”. Es una bella pieza cuya obertura suelen usar como cortina identificadora de la emisora cultural de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín:
http://www.youtube.com/watch?v=C8JQzHxUdP0
Hay un vals en esta opereta que se oye al final y se titula, cómo no, "Vals del murciélago", en el que cantan en coro al galán: "¡Oh, murciélago¡ ¡Oh, murciélago! Deja ya en paz a tu víctima...".
http://www.youtube.com/watch?v=PpJEWjlf-rQ
En esa emisora oí al profesor Rodolfo Pérez González contar en su programa Efemérides Musicales la anécdota del autógrafo que Johannes Brahms firmó a la hija de su tocayo y amigo Strauss diciendo que a él le hubiera gustado ser el compositor del “Danubio Azul”.
http://www.youtube.com/watch?v=PpJEWjlf-rQ
En esa emisora oí al profesor Rodolfo Pérez González contar en su programa Efemérides Musicales la anécdota del autógrafo que Johannes Brahms firmó a la hija de su tocayo y amigo Strauss diciendo que a él le hubiera gustado ser el compositor del “Danubio Azul”.
Una historia se cuenta en las biografías de ambos hombres: la hija de Strauss se acercó a Brahms con la intención de pedirle un autógrafo. Era usual que los compositores escribieran algunos compases de su música más conocida y firmaran con su nombre. Brahms, sin embargo, escribió unos cuantos compases de los valses más conocidos de Strauss y a continuación escribió: «Desafortunadamente, NO por Johannes Brahms. (Tomado de Wikipedia).
Esta anécdota está tan divulgada que seguramente no es apócrifa. Sólo que… la joven del autógrafo no podía ser hija de Johann Strauss II porque él no tuvo hijos. Según dice Chris Mielost en su blog El Mentidero de Mielost; “…Regresemos de nuevo con Johann “Schani” Strauss hijo, al que dejábamos en 1862 casado con Henrietta Treffz. Este matrimonio no tendrá hijos, como tampoco los tendrá Schani con sus dos siguientes esposas…”. Se refiere Mielost a Henriette “Hetty” Treffz, a Angelika “Lili” Dittrich, y a Adele Deutsche. Su hermano Eduard “Edi”, casado con María Klenhart, tuvo dos hijos varones de nombres Johann III y Josef II. Y su hermano Josef “Papi”, casado con Carolina Pruckmayer, tendrá una sola hija de nombre Karoline Anna, que es posiblemente la joven a la que Brahms le firmó su autógrafo y venía a ser sobrina y no hija del autor del vals “Danubio azul”.
Chris Mielost en el blog El Mentidero de Mielost –Grandes compositores, los Strauss–:
Pero si el vals straussiano “Sobre las olas” no es de Strauss, entonces ¿De quién es? Pues, es… del mexicano Juventino Rosas. Es hermoso (En la inmensidad de las olas flotando te vi…):
SOBRE LAS OLAS
Vals de Juventino Rosas (L. y M.), que interpretó Javier
Solís.
En la inmensidad
de las olas flotando te vi;
y al ir a salvar tu vida,
la vida perdí.
Tu dulce visión
en mi alma indeleble grabó
la tierna pasión
que la dicha y la paz me
robó.
Si el eco de mi dolor
tu refugio llegara a turbar,
te seguiría mi amor.
No te niegues su pena a escuchar,
Que el viento te llevará
los gemidos de mi corazón
y repetirá
los acentos de mi canción.
La tempestad en su furia con el
mar,
y del relámpago el rudo fragor,
sólo podrían débilmente calmar
la tempestad que hay en mí, por
tu amor.
Por doquiera que voy
tu recuerdo es mi guía,
en la noche es mi faro,
es mi sol en el día.
Mis suspiros, mi aliento,
mi acerbo dolor,
mi doliente quebranto es por ti,
por tu amor.
Con mi gemido te envío el corazón,
y con mis sollozos te mando mi fe;
mas, no quiero de ti compasión.
Quiero amor, o por él perecer.
SOBRE LAS OLAS
Hay un vals ecuatoriano que tiene el mismo título de "Sobre las olas", con letra de Elías Cedeño Jerves y música de Nicasio Safadi, que interpretó Olimpo Cárdenas (Venturoso a tu lado, a tu lado... de la mano iremos sobre las olas...), en el que el poema y la música imitan, con la repetición de palabras y frases, el juego de una ola alcanzando a la otra. No sé cómo se llame esa figura musical que hasta el momento no he podido aclarar si es un contrapunto, una fuga, o qué; pero me conmueve su belleza.
Vals ecuatoriano con letra Elías Cedeño Jerves y música de Nicasio Safadi, interpretado por Olimpo Cárdenas.
http://www.youtube.com/watch?v=U1Csymc8FA
Cuando en duelo se tornen
tus embelesos,
en horas de insondables
desilusiones,
yo cerraré tus ojos
con muchos besos,
yo haré que te despiertes –¡Ay!–
con mis canciones.
Yo haré que te despiertes –¡Ay!–
con mis canciones.
Venturoso a tu lado (a tu lado)
los dos a solas (a solas).
Me mirarán tus bellos (tus bellos)
ojos traviesos.
Y de la mar iremos
sobre las olas
cuando en duelo se tornen –¡Ay!–
tus embelesos.
Cuando en duelo se tornen –¡Ay!–
tus embelesos.
Huyamos del bullicio,
cual dos viajeras
aves que van en busca
de otras regiones.
Yo buscaré el refugio
de unas palmeras,
en horas de insondables –¡Ay!–
desilusiones.
En horas de insondables –¡Ay!–
desilusiones.
Bajo el dombo zafiro (zafiro)
del ancho cielo (cielo),
estrechamente unidos (unidos)
de dicha, o presos,
mientras pasión me juras
con dulce anhelo,
yo cerraré tus ojos –¡Ay!–
con muchos besos.
Yo cerraré tus ojos –¡Ay!–
con muchos besos.
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